William Arias, doctor.

William Arias, doctor.

Salud y Bienestar

William Arias, experto en obesidad: "Congelar el pan y luego tostarlo reduce su índice glucémico hasta un 31%"

Los expertos coinciden en que no se trata de eliminar completamente el pan, sino de aprender a consumirlo de una manera más inteligente.

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El consumo de pan en España ha experimentado un descenso considerable en las últimas décadas, pasando de alrededor de 50 kilos por persona a la década de 1980 a unos 31,77 kg en 2022.

Este alimento, que constituye una fuente importante de hidrato de carbono, supone una serie de riesgos para la salud si se consume en exceso. Puede contribuir a un aumento de peso, problemas digestivos y un mayor riesgo de desarrollar enfermedades como la diabetes tipo 2 y enfermedades cardíacas.

Sin embargo, a pesar de los prejuicios, comer pan puede ser parte de una dieta saludable. Según los expertos, hay una serie de trucos que pueden mejorar su perfil nutricional y uno de ellos es congelarlo y, posteriormente, tostarlo.

El poder de congelar y tostar el pan

El pan es una fuente de hidratos de carbono, los cuales son necesarios para un correcto funcionamiento del organismo, al aportar energía y contribuir a la regulación del metabolismo.

Si bien son necesarios para la producción de energía y varias funciones corporales, un consumo excesivo puede llevar a resultados negativos para la salud.

Uno de estos resultados negativos asociados al consumo excesivo de carbohidratos es el desequilibrio en los niveles de glucosa en sangre.

Cuando se ingieren grandes cantidades de carbohidratos de rápida absorción, como los que se encuentran en muchos tipos de pan blanco, se producen picos de glucosa que luego descienden bruscamente.

Este rápido descenso genera oscilaciones en la energía y aumenta el riesgo de resistencia a la insulina, lo cual puede evolucionar hacia una diabetes tipo 2, cada vez más común en España.

Según el experto en obesidad William Arias, un truco para reducir este impacto es tostar el pan antes de comerlo. Esto modifica su estructura, haciendo que parte del almidón que contiene se transforme en lo que se conoce como almidón resistente.

Este tipo de almidón no se digiere en el intestino ni se absorbe como glucosa, sino que llega intacto al intestino grueso, donde actúa más como una fibra prebiótica que como un carbohidrato de rápida absorción.

Además, el proceso de tostado descompone algunos carbohidratos y reduce la humedad, lo que lo hace más fácil de digerir.

De acuerdo con Arias, este efecto puede potenciarse aún más si el pan se congela antes de tostarlo. El proceso es el mismo, su almidón se transforma y se convierte en su forma resistente.

Según algunas investigaciones, congelar y luego tostar el pan puede reducir su índice glucémico hasta en un 31%, comparado con el pan fresco sin ningún tratamiento.

Esto significa que el cuerpo absorberá los azúcares más lentamente, evitando los picos de glucosa y los bajones de energía posteriores.

Además, el experto también aconseja acompañar el pan siempre con algo de proteína y grasa. Eso hace que, de igual manera, los picos de azúcar se disminuyan notablemente.