José Luis Rodríguez Zapatero es uno de esos hombres cálidos que ponen nerviosos a sus enemigos por la persistencia de su urbanidad, por su amabilidad casi suicida: el talante es una cosilla que irrita.
Una vez fue un niño de León con una madre que quiso ejercer como médico pero que al final se dedicó a ser a tiempo completo -nada más y nada menos- que la madre de José Luis y Juan.
Ahí Purificación, esa señora generosa y abnegada a la que cogió de las manos hasta el último día, en una habitación de hospital, y a la que preguntó, titubeante: "Mamá, ¿tú crees que voy a ser presidente?".
Ella le dijo que sí, con los ojos brillantes. Después se fue, dejándolo todo lleno de su espíritu. Cada día. Y hasta hoy. Él cree que el amor es la única cosa que sobrevive a la muerte.
Zapatero fue feminista por intuición y después por vocación. Tuvo amigas, algo que ya era revolucionario en la era de la cosificación y el destape, y estudió Derecho en la bisagra de una España que abría los ojos legañosos a su recién estrenada Constitución.
Se enamoró de Sonsoles, de una vez y para siempre: fue una tarde en la facultad, en una jornada de esas en las que no piensas que vaya a cambiarte la vida. Ella llevaba chubasquero amarillo y El País en la mano. ¿No son definitivos todos los detalles cuando uno se deja atravesar por el amor?
Vídeo | Zapatero: “El amor es de las pocas cosas que sobreviven a la muerte”
Crió a dos muchachas libres, Laura y Alba, y procuró sacudirse la vieja placenta del machismo de su generación, y aquellos chistes trasnochados y crueles... Hoy sus hijas le enseñan a entender a velocidad de vértigo la necesidad de la ley Trans.
Durante su presidencia se centró en defender la idea radical de que las mujeres somos seres humanos y aprobó, entre otras, la Ley de Igualdad 2007 para que se enterasen los que faltaban por enterarse.
La bautizó como el inicio "a una sociedad distinta". Zapatero abonó una nueva vida para las españolas y hoy conversamos con él sobre el jardín que resultó de aquello -con sus viejos retos, con sus nuevas espinas-.
Purificación Valero Zapatero.
Mi madre fue una mujer de su tiempo, con la caracterización social mayoritaria de alguien que había nacido en la primera parte del siglo XX: una mujer en España que dedicó su vida a su familia. Y sin embargo, arranca en ella mi motivación y mi sensibilidad feminista.
No me importa calificarme como feminista, nunca me ha importado, así que ahora no me importa calificarme como “feminista plus”.
Mi madre tenía una gran vocación por la medicina, heredada seguramente de su padre, de mi abuelo, que era médico pediatra. Ella le ayudaba en consulta, pero no estudió la carrera porque muy pocas mujeres podían hacerlo, y enseguida su relación con mi padre se orientó al matrimonio.
Pero ella siempre tuvo una sensibilidad especial con los enfermos.
"Tenía a mi madre cogida de la mano, en la UCI, y le pregunté si pensaba que yo sería presidente. Me dijo que sí"
En tu casa siempre habéis estado del lado de los vulnerables. Eso se hereda, ¿no?
Absolutamente, sí. Mi padre es un hombre de izquierdas pero de una generación concreta, donde el feminismo y la igualdad no estaban dentro de los inputs culturales.
Así que yo me siento muy feliz de haber pertenecido a la primera generación en España que incorporó el feminismo en toda regla, que incluyó la igualdad como una prescripción esencial en la vida.
Insisto mucho en ese privilegio porque pertenece a las sociedades más avanzadas, a las que aportan más a la convivencia pacífica.
Inteligencia. Bienestar. Aprecio por la vida. Saber disfrutar de la vida… las sociedades que tienen eso son las que incorporan la igualdad de forma profunda e intensa.
Esto es muy debatido en la izquierda. Pero para mí la primera igualdad es la igualdad de género, entre hombres y mujeres. El feminismo es la mejor aportación al progreso.

Zapatero encontró la vocación feminista en su madre, Purificación.
Es curioso que se te conozca por el apellido de tu madre, ¿verdad? ¿Qué más tienes de ella?
Esa reflexión no la había hecho, pero me agrada mucho. Precisamente estos días he recuperado algunas fotos de ella. Tengo recuerdos… y uno duro y muy intenso, de la última vez que hablé con ella.
Falleció en el año 2000.
Sí. Murió poco después de que yo fuera elegido secretario general. Lo fui en julio y en octubre tuvo un cáncer fulminante que se la llevó.
Recuerdo que supe que esa última vez era una despedida. La tenía cogida de la mano, estaba muy malita ya, en la UCI, y le pregunté si pensaba que yo sería presidente. Y me dijo que sí.
Eso la reconfortaba, la llenaba de orgullo, entiendo.
Sí, absolutamente.
Eres obra suya.
Sí. Tuvimos una relación muy especial. Creo que pocos momentos de su vida fueron tan felices como cuando me vio ganar el Congreso del Partido Socialista. Ella no estaba allí, estaba en León, pero lo vivió con emoción intensa.
Cuando hablé con mis padres al teléfono, la voz de ella era una voz exultante, una voz de orgullo plena. Sí. Ella siempre fue una mujer prudente, pero… su espíritu de alguna manera ha permanecido en mí cada día de mi vida. No hay día que no recuerde a mi madre. Nunca lo he dicho. Pero ella siempre estuvo.
"Me producía coraje ver que siempre era mi madre, o mi tía o mi prima, las que recogían la mesa cuando nos concentrábamos en fiestas familiares"
Naciste en el año 60. ¿Cómo era ser niño español en aquella época, cómo se miraba a las chicas? ¿Qué idea se tenía sobre la mujer y cómo te diste cuenta de que llevábamos las de perder?
Yo establecí pronto la diferencia que había entre una actitud hacia los hombres y otra hacia las mujeres. En mi familia se trataba distinto a los primos y a las primas. A ellas se las orientaba en una dirección…
Importa quién recoge la mesa en las casas, en las familias.
Sí, eso lo viví con mi madre muchas veces, incluso cuando yo ya superaba la adolescencia. Me producía coraje ver que siempre era mi madre, o mi tía o mi prima, las que estaban en esa tarea cuando nos concentrábamos en fiestas familiares.
Yo estudié en un colegio en el que hasta bachiller era sólo de chicos. Eso es un nido preocupante.

José Luis Rodríguez Zapatero es uno de los políticos históricamente más implicados en la igualdad entre hombres y mujeres.
La segregación genera cosas.
Sí. Mi socialización al feminismo arranca viendo a mi madre. Después, en gran medida, fue el hacer la carrera. Mi curso fue un curso mágico porque empezábamos con la democracia, empezábamos a estudiar la Constitución.
En León era la primera vez que abría la Facultad de Derecho y por tanto éramos los primeros, pioneros en muchas cosas, y había tantas mujeres como hombres, afortunadamente.
Es interesante que de primeras hubiese ya tanta implicación femenina en las aulas.
Sí. Yo tengo grabado que las mejores alumnas eran mujeres. La número uno ahora es profesora de Derecho Mercantil, Angustias.
Y al lado de ella había unas cuantas… eso nos hizo entender progresivamente el valor de la igualdad y la discriminación histórica de las mujeres.
"Por supuesto que ha habido machismo en la izquierda y por supuesto que hay un feminismo de derechas"
No sé si compartes esta idea, pero siento que la amistad entre hombres y mujeres ha sido un gran baluarte del feminismo.
Ha hecho que muchos hombres vean que la mujer no ha de ser cosificada, que puede ser una buena interlocutora, alguien válido por sí mismo sin necesidad de que intervenga lo sexual ni lo erótico, sino lo intelectual y emocional.
Claro. Eso es muy gratificante. Es buenísimo tener amigos hombres y amigas mujeres. Yo ahí he tenido la fortuna de transmitir una cierta confiabilidad para crear un terreno de amistad con muchas mujeres indubitado.
Es curioso. Una de las experiencias de mi feminismo militante es que muchas mujeres amigas me han contado sus duras e íntimas experiencias de acoso y discriminación.
Fíjate que yo vengo de una generación en la que los chistes machistas campaban a sus anchas. Hoy es impensable entre nosotros. No es que te limites, es que ni se te ocurre, ¿eh?
Queremos construir una sociedad de semejantes respetando la particularidad de cada uno, esa es de las cosas más importantes en la vida.
Y en las relaciones: el amor sólo existe si es libre, si es consentido, si es querido. Puede ser temporal e intenso pero intentar dominar el amor, intentar obligar al amor, intentar coaccionar en la relación… me parece monstruoso.

Zapatero promulgó la ley de Igualdad 2007.

Zapatero cuenta que trató de sobreponerse al machismo de su generación.
¿Qué me dices de la figura del aliado, que ha sido tan cuestionada y parodiada? Es verdad que en ciertos ambientes progresistas hay quien se ha puesto una medalla hablando del feminismo y luego en lo privado o en lo íntimo no han estado a la altura de sus palabras públicas.
Se da ya una sospecha generalizada por una estética adquirida, por una impostura… que ha dejado mucho que desear. Hablo abiertamente de Podemos.
Una de las cosas más difíciles en la vida es que lo que decimos se parezca a nosotros, hay que partir de esa idea. Es lamentable. Es lamentable que en temas tan esenciales se falle. Si uno es un hombre de paz y rechaza la violencia no puede actuar como un agresivo.
Si alguien invoca la palabra cultura y respetuosa, no puede aparecer todo el día insultando a todo el mundo, eso es evidente. Pero insisto, es una de las cosas más difíciles, y más en el machismo.
Pero no porque sea difícil es menos exigible.
No, pero sirve también como lección. Porque el feminismo no es una ideología, no es un movimiento filosófico: es un estado elevado de la civilización.
La prueba de ello es que de las pocas cosas en las que han coincidido las ideologías políticas conflictivas del siglo XX, como el liberalismo y el marxismo, es en dejar completamente a un lado los derechos de las mujeres. Eso está ahí.
Afortunadamente, la izquierda (aunque tengamos, por supuesto, casos que no se corresponden con lo que debería ser) ha sido la que ha apoyado, impulsado y escuchado el feminismo, pero no podemos apropiarnos de esto, porque sería injusto.
Por supuesto ha habido machismo en la izquierda y hay machistas que han sido de izquierdas. Siempre recomiendo un libro maravilloso que se llama Prehistoria de mujeres.
No lo conozco. Ahora ya sí.
Es de Marga Romero, una arqueóloga vicerrectora de Granada. Como arqueóloga, se dedicó toda su vida a poner el foco en la igualdad de género. Ya el título del libro es sugerente, ¿no?
Pone negro sobre blanco que todo, incluso la arqueología, que es una ciencia, ha ocultado, marginado y discriminado a la mujer desde la prehistoria.
En los museos, las representaciones son en un 20% de mujeres en las tareas que se les atribuye, pero la investigación viene a demostrar que ellas hacían prácticamente de todo. Y la prehistoria es mucho más larga que la historia.
"Estoy tan enamorado de Sonsoles como el primer día que la vi. Ella llevaba un chubasquero amarillo y ‘El País’ en la mano. Fue en la facultad"
¿Cómo no va a haber una impronta tan machista? ¿Por qué ha habido una reacción? (Una reacción que a mí me parece pobre, infantil, una reacción masculina y machista). Porque los avances que se han producido en los últimos 25 años superan a los de los últimos 20 siglos.
Quería preguntarte por tu primer amor, ya fuese correspondido o no, mítico o humano. ¿Cuál fue ese primer deslumbramiento tuyo ante una mujer?
Me pude fijar en alguna chica, claro, pero sería completamente absurdo referirme a eso, cuando mi gran amor de verdad fue Sonsoles.
Eres un monógamo militante.
Bueno, valoro mucho la lealtad, porque creo que la lealtad tiene la humildad en su razón de ser. Para ser leal hay que ser humilde. Es una de las virtudes que no se deforman en la vida, que te hace sentirte bien contigo mismo y con los demás.
Se trata de entender que los demás tienen tantos valores y defectos como tú. Un amigo mío se ríe… pero yo estoy tan enamorado de Sonsoles como el primer día que la vi. Puedo decirte cómo fue.

Zapatero y su esposa Sonsoles llevan juntos desde que se conocieran en la Facultad de Derecho.
He leído que fue en la universidad.
Sí, en el patio. Me quedé completamente enganchado. Nos presentó un amigo. Ella iba con un chubasquero amarillo y el periódico El País en la mano.
Fíjate. Siempre está Prisa por todas partes, incluso incrustada en tu primer amor.
La recuerdo con una sonrisa.
¿Cómo la sedujiste?
No lo tengo muy claro aún. Todavía me cuesta entenderlo. Porque yo era muy pesado con la política. Y con Borges…
Me contaste en una ocasión que le dedicaste un libro de Borges en vuestros comienzos y que rezaba esta frase: “El amor es producir una mitología privada y hacer del universo una alusión a la única persona indudable”.
Sí. Pienso que un amor “indudable” es una manera de corresponder a lo que la vida supone, de corresponder al don que supone vivir. ¡Toda esta experiencia… que, por supuesto, es temporal…! Y hay que asumirlo con naturalidad, con cierta inteligencia.
Pero la vida es tan extraordinaria en cada uno de nosotros… es tan milagrosa. Si pensamos en el cosmos, si pensamos en la biología, es tan difícil ser humano, tan infinitamente difícil, que le debemos mucho a la vida. Y una de las cosas que da sentido a la vida es el amor.
"Aún no tengo claro cómo seduje a Sonsoles. Yo era muy pesado con la política y con Borges"
¿Cómo consigue uno no dejarse desgastar por la institución del matrimonio, por el peso de los años, por las cargas compartidas?
La institución es una pura formalidad, pero yo sí que creo en las instituciones.
Crees en los símbolos.
Sí, en los ritos, en la liturgia. Todo eso tiene gran valor porque estabiliza las cosas y les da sentido y horizonte. Ahí está la Iglesia Católica, que es todo liturgia, todo rito, todo símbolo, todo tradición, y tiene unos dos mil años.
Una de las cosas que compruebas cuando te haces responsable (en mi caso de un Gobierno) es que ves perfectamente las cosas que en España tienen tradición institucional y las que no. Y funcionan.
Te iba a rematar con una idea que me parece brillante y apasionante. El matrimonio igualitario fue reconocido en EEUU a través de una sentencia del Tribunal Supremo, una sentencia histórica porque estaban prácticamente igualados conservadores y progresistas y había un voto decisivo.
Además, para darle más mitología a la cosa, el ponente se llama el magistrado Kennedy, y con eso ya redondeas un poco todo el escenario.
En esa sentencia (que yo recomiendo leer) se resuelve un caso interesante. Una pareja gay en la que al final, él tiene una grave enfermedad, y quieren casarse y ser reconocidos.
Y hay una frase ahí magistral, excelente, que dice que “el amor es de las pocas cosas que sobreviven a la muerte”. Y eso es cierto. Por eso tenemos un deber con el amor, si es que de verdad dimensionamos lo que somos.

La sombra de Zapatero en su despacho, donde atiende a El Español.
¿Y con el poliamor qué hacemos?
Cada uno que haga lo que quiera. Yo en eso soy completamente liberal. El concepto de igualdad siempre me ha apasionado. Y Pierre Rosanvallon, que quizás es el mejor pensador vivo francés, tiene un libro que recomiendo mucho también, que se llama La sociedad de los iguales.
Y explica que la igualdad es precisamente construir una sociedad en la que viva la singularidad de cada uno de nosotros, nuestra diversidad, y que tengamos el mismo camino en nuestros procesos de realización personal. Desde luego, eso es la igualdad, y es lo contrario a la homogeneidad.
¿Tu personaje femenino histórico favorito?
María Zambrano. He disfrutado leyendo y releyendo a María Zambrano, que dejó sentencias y frases para entender el mundo. Hay una que me sobrecoge, y es “España se descubre desde América”. Es brillantísima.
Ella quizá fue la mejor representación de ese exilio tan injusto de nuestras tierras que dejó una huella imperecedera. Pienso que es la mejor firma del pensamiento filosófico. Me parece importante unir “filosofía”, “mujer” y “exilio” en su personaje.
Y además me encanta ver sus fotos, con esa elegancia con su cigarro… hay unas maravillosas en el Congreso de los intelectuales a favor de la República. En Valencia hay algunas fotos y yo me he procurado una de ella en la que me parece una diosa.
¿Novelista favorita?
Creo que tenemos que reivindicar a Almudena Grandes como novelista.
¿Actriz?
Lola Gaos.
"Mi filósofa favorita es María Zambrano. Mi novelista, Almudena Grandes. Mi actriz, Lola Gaos. Mi política predilecta fue Carme Chacón. Y de la oposición… le he tenido respeto a Soraya Sáez de Santamaría"
¡Era una revolucionaria! En una entrevista decía que defendía con fruición sus derechos laborales y que no trabajaba una hora gratis ni para su padre.
(Ríe) Sí. Me gustan mucho las mujeres empoderadas, pero las que se empoderan a sí mismas, no a las que se empodera, ¿sabes?
Entiendo el matiz. ¿Qué hay de tus políticas predilectas? Una de derechas y otra de izquierdas. Actuales.
Actuales no… prefiero a alguien que de verdad me llene…
Haciendo ver que las actuales no te llenan…
Yo sentía debilidad por Carme Chacón. Era una mujer valerosa. Pienso en Clara Campoamor, que quizá sea la feminista más citada, que decía que el feminismo es una propuesta “valerosa”. Me encanta esa palabra.
De la oposición, le he tenido respeto a Soraya Sáez de Santamaría. De lo que he conocido de la derecha, es lo mejor.
¿El macho ibérico existe?
Sí. Aún existe, totalmente. Aunque también existirá el macho norteamericano.
Te pregunto por lo que nos apela.
Nosotros estamos situados en la igualdad de género, lo cual es una conquista histórica. Somos el país número 4 de la Unión Europea.

Zapatero siente que es la sociedad la que empuja hacia el feminismo y que las leyes son sólo una expresión de esa pulsión de igualdad.
También gracias a tu ley de Igualdad de 2007.
A muchas leyes. Pero sobre todo, gracias a las mujeres españolas que dan un paso adelante y toman el mando, porque al final las leyes y las políticas son la expresión de la sociedad.
Hay un momento que yo reivindico mucho y es cuando Rajoy ordena a Gallardos cambiar la ley de interrupción voluntaria el embarazo.
En 2010 aprobamos una ley de plazos que, por cierto, ha sido bastante exitosa, no ha habido ningún problema e incluso el número de interrupciones del embarazo se ha reducido.
Ojalá hubiéramos avanzado mucho más en educación sexual, que evidentemente es importantísima. Bueno, a lo que voy: Rajoy da esa orden y se organiza el famoso tren de la libertad desde Asturias, con miles y miles de feministas dispuestas a llegar a Madrid a defender como sea la ley vigente.
Entonces Rajoy desautoriza a Gallardón y le dice “dejemos en el cajón la reforma y mantengamos la ley de Zapatero”. En ese caso no lo consiguió la oposición, sino la sociedad.
¿Hay un feminismo de derechas?
Yo pienso que sí. Hay una parte de mujeres innovadoras. Igual que hay gays de derechas, que los hay y yo los conozco y normalmente a mí me respetan bastante.
Por supuesto que hay un feminismo de derechas. El machismo al final tiene cierta concomitancia con la heterosexualidad… en definitiva, es una inseguridad.
¿Hay un liderazgo femenino y uno masculino? Pienso en un liderazgo directamente machista, como el de Santiago Abascal.
Luego pienso en un liderazgo masculino, como el de Feijóo, que es más suave, más tecnócrata y grisáceo. Y en un liderazgo femenino como el de Ayuso, que es beligerante y chulesco, como en algunos viejos tiempos del liderazgo masculino.
Has sido muy generosa con lo de “liderazgos”, porque una cosa es tener un cargo, otra cosa es ser una autoridad y otra cosa es tener autoridad. Son cosas distintas. Yo creo que, de momento, y con todos mis respetos, Abascal no ha escrito ninguna página que vaya a ser reseñable, ni Feijóo…
¿Ni Ayuso?
Hasta este momento, no, con todos mi respetos también. Hay que ponerle a esto un poco de perspectiva. Ayuso es una política mujer que es muy afín a lo que intenta construir el discurso de la derecha: una nueva derecha rebelde, iconoclasta, desgarrada, provocadora.
Es esa escuela que empezó en EEUU. Hay muchas mejores formas para un país de suicidarse que llevar adelante una política como la que lleva la administración Trump. Pero bueno, la historia es así, pasa por estos momentos. Es cíclico. ‘Derecha rebelde’ es un oxímoron. Es sólo un estilo.
"Tengo muy buena opinión de Irene Montero. Es una mujer inteligente y valiente. La ley del ‘sólo sí es sí’ permitía que se interpretara sin rebajar penas. No es responsabilidad de ella”
Al mismo tiempo, hay un cansancio del estilo dulcificado y a veces maternalista propio, por ejemplo, de Yolanda Díaz. Incluso votantes de izquierdas, hombres y mujeres, se quejan de ese tono dulzón que les infantiliza.
A ver, la historia política se ha visto siempre muy influida por los cambios en la comunicación. Hay un antes y un después de la imprenta, y de la radio, y de la televisión.
Ahora nos acercamos a un territorio tan desconocido como es el del impacto de las redes sociales en la política. Ahí tienen que jugar politólogos, psicólogos, antropólogos, filósofos… aún esto hay que estudiarlo.
Soy un gran entusiasta del autor que acaba de ser reconocido con el premio Princesa de Asturias, Byung-Chul Han, he leído sus 20 ensayos y creo que explica muy bien esto que llamamos la sociedad de la información y el impacto que las redes sociales tienen en cada uno de nosotros.
Y su cansancio añadido.
Bueno, él no tiene móvil. Eso apunta a por dónde van las cosas. Y sostiene que pensamos que estamos más comunicados de lo que lo estamos, porque en realidad estamos mucho menos vinculados: el dios red social, el dios móvil, nos produce un falso narcisismo, un individualismo mucho más intenso.
La respuesta inmediata a todo esto aún no es posible, pero apunta a que hay ahí una explicación del radicalismo. Y la política, la buena política, suele ser argumentativa. Exige un discurso lógico, un estudio de las cosas.
Hay estudios que indican que los Gobiernos, con las redes sociales, tienen que responder cada diez segundos a las cosas que se planteen…
¿Y por qué estamos cansados del discurso de Yolanda Díaz?
No, yo creo que Yolanda Díaz tiene discurso y sobre todo, tiene gestión. Cuando cumples años, cuando lees más, cuando te apasiona la filosofía, cuando intentas descubrir algunas entrañas de la historia… piensa siempre en qué va a quedar.
Porque de la mayoría de las cosas no queda nada, aunque las vivamos con intensidad en el debate público. Algunas pocas cosas quedan, de las otras no vale la pena preocuparse, no hay que perder tiempo.
Yolanda Díaz tiene una gran gestión en el ámbito laboral, ha hecho una gran reforma laboral, estamos en récord de cifras de empleo y que eso lo haya conseguido una mujer, una ministra, tiene importancia, más allá de su discurso, que por otra parte a mí me parece prudente.
A mí me gusta que la prudencia se acompañe con una cierta ironía, porque la ironía en política es muy abrazadora. Da seguridad y distiende.

Las manos de Zapatero, quinto presidente del Gobierno de España.
¿Qué va a quedar entonces de Irene Montero? La has defendido, pero su gestión ha generado escisiones en el feminismo y ha debilitado el 8-M.
Yo tengo una muy buena opinión de Irene Montero. Me parece una mujer inteligente y valiente. Evidentemente no comparto la vertiente de siglas y organizativa que representa, porque pienso que ese terreno no ha funcionado, pero en cuanto a sus cualidades personales no tengo ninguna duda de su inteligencia.
¿Consideras la ley del sólo sí es sí un acierto? La verdad es que la gente, los ciudadanos, a pesar de las buenas intenciones del ministerio, ha acabado viendo a los violadores salir a la calle con rebajas de pena… y nadie ha entendido nada.
Lo tengo que decir sinceramente: la ley permitía que se interpretara como se había interpretado en alguna otra ocasión sin que se llevara a la consecuencia de rebajar penas. Esto te lo digo como jurista, como legislador que he sido.
Entonces, ¿está mal elaborada? Cuando deja esa opción a esa interpretación perniciosa…
Yo no entro en el juicio de intenciones de por qué ha pasado. Pero me parece que una ley que pasa por el Parlamento, que nadie dijo nada… conozco sentencias del Tribunal Supremo que en casos similares habían mantenido una interpretación distinta. No es responsabilidad de ella.
Conociendo a nuestra judicatura, ¿había que haber dejado “atadas y bien atadas”, como dijo uno, este tipo de cuestiones para que no tuviéramos este daño posterior como sociedad?
Nadie puede pensar, de verdad, siendo legislador… que con la materia que se discute… y con el objetivo de la ley, que era reforzar el consentimiento de una manera clara… nadie puede pensar que la deriva (por una cuestión interpretativa) sea la que ha sido.
¿Entonces sí hay una judicatura machista?
Yo no hago juicios de intenciones, sino de resultados. Y supongo y espero que la doctrina penal en su día (esto exige un poco de tiempo y de calma) ponga las cosas en su sitio, más allá del drama por haber bajado un año o dos las penas… que se ha exagerado mucho.
Cuando el clima político y judicial esté más templado, se hará una revisión. Porque lo que caracteriza a las sociedades ilustradas es su capacidad de autocrítica. Pero en vez de deliberar, siempre se culpabiliza.
Esto es poco democrático y sienta mal. Creo que hay argumentos sólidos en esta ley, y defendibles, y juristas que he conocido me han confirmado que los había para que no se hubiese hecho esa interpretación.
Creo que cada poder tiene su responsabilidad y su función. Este tipo de cosas son una prueba de estrés: el sistema democrático de vez en cuando se somete a pruebas de estrés en la relación Ejecutivo-Judicial.
¿Qué hay de la ley Trans? Parece que una pregunta que se nos antojaba sencilla, como “¿qué es una mujer?”, ahora resulta polémica. Ahí voy: ¿qué es una mujer?
Pienso que esto es corolario de la misma situación, de esa especie de reacción porque hemos avanzado de manera contundente. Yo apoyo la ley Trans, es más, recomiendo a los que la discuten que hablen con familias que tienen personas trans. Simplemente eso. Ahí aprenderán lo que es una mujer.
Quería preguntarte también por tus hijas, Laura y Alba. ¿Qué tipo de padre eres? ¿Cómo se cría a dos mujeres libres?
Pienso que soy un padre respetuoso y que ha procurado siempre limar los aspectos que seguramente queden en mí como residuos… como queda el plomo, de machismo. He intentado.
Pienso que ellas piensan que su padre es un feminista y que ha intentado defender la igualdad y desde luego alguien que ha respetado su libertad totalmente.
¿No has sido el padre sobreprotector…?
No, al revés. Ellas han hecho siempre… bueno, en fin, condicionadas por la etapa de la presidencia por la posición de ser hijas de quien son, pero yo he luchado activamente contra los residuos machistas que pueda haber en mi cuerpo y en mi cerebro.
No hay que ser hipócritas: yo nací en una generación… de una España en la que Franco se estaba muriendo. ¡Me hundo en la silla! ¡Tétrica, horrible!
¿Cómo son sus hijas?
Son feministas. Ya está. Con eso lo digo todo.
¿Cómo enfocaste su educación?
Yo he procurado siempre que hicieran lo que las motivaba, que pensaran por sí mismas… y he procurado aprender de ellas. Por ejemplo, en el debate de la ley trans he aprendido mucho de mis hijas.
¿Cuáles son los retos actuales del feminismo en nuestro país?
Dos retos esenciales: el primero sigue siendo arrinconar a los violentos y hacer que la violencia de género acabe siendo residual.
Aspiro a que dentro de algunas generaciones la gente se eche las manos en la cabeza pensando que había tantos hombres que mataban y pegaban a sus mujeres por dominarlas y por controlarlas. Es tan abominable. El segundo reto es la igualdad ante la vida: con hijos, ocio, cultura, disfrute, tiempo libre y cuidados.