
Bárbara Martos, maquilladora.
Bárbara Martos, maquilladora: "El lápiz de ojos negro en la línea de agua puede hacer que parezcas más mayor"
El lápiz negro aplicado en la línea de agua puede terminar acentuando rasgos que contribuyen a una percepción más envejecida del rostro.
Más información: Carmen Mas, experta en belleza: "Usar bases de alta cobertura a partir de los 40 años acentúa las arrugas"
El maquillaje es el mejor aliado de belleza que existe. Gracias a él, podemos eliminar todo aquello que no nos gusta, disimular lo que no nos termina de convencer, pero también, resaltar lo que consideramos que es nuestro punto fuerte.
Aunque parezca que el saber maquillarse es solo cuestión de expertos, lo cierto es que cada vez es más accesible para todos, incluso para quienes se consideran "torpes" cuando tienen una brocha en la mano.
Sin embargo, esto lejos de ser una ventaja, en ocasiones se convierte en un arma de doble filo. Debido al sinfín de opciones y técnicas, es muy fácil cometer un error que resulte contraproducente. Uno de ellos es, según la maquilladora Bárbara Martos, el lápiz de ojos mal aplicado en la línea de agua.
Lápiz de ojos negro en la línea de agua
El lápiz de ojos es uno de los cosméticos más antiguos de todos. Hay registros de los primeros usos en el Antiguo Egipto, aproximadamente en el año 3150 a.C.
Este cosmético no solo era utilizado como una forma de embellecer la mirada, sino también con fines protectores: se creía que podía proteger contra el mal de ojo y las enfermedades.
En la actualidad, a pesar de ser únicamente un producto estético, sigue siendo el gran aliado de las personas que buscan agrandar y definir su mirada.
A diferencia del eyeliner, este producto puede ser difuminado con mucha más facilidad, lo que no solo nos permite hacer el proceso más fácil, sino poder eliminar los errores de forma más sencilla.
Sin embargo, y a pesar de sus ventajas, el lápiz de ojos en la línea de agua puede resultar contraproducente, especialmente en lo que respecta a la percepción de la edad, de acuerdo con la maquilladora Martos.
Cuando aplicamos lápiz negro en la línea de agua, el resultado es una reducción visual del tamaño del ojo. Esto se debe a que el color oscuro absorbe la luz, creando una ilusión de profundidad que acorta el espacio visible del globo ocular.
Los ojos, al parecer más pequeños y más encajonados, pueden perder ese aspecto descansado que se asocia comúnmente con la juventud.
A este proceso tenemos que añadirle el que nosotras mismas sufrimos sin quererlo, el envejecimiento. Con el paso de los años vamos perdiendo luminosidad en la mirada y aparecen líneas finas, bolsas o sombras bajo los ojos.
Al agregar una línea negra intensa en esa zona ya de por sí delicada, se puede acentuar involuntariamente ese aspecto cansado, enfatizando esas imperfecciones en lugar de disimularlas.
Los contrastes fuertes, como el negro, pueden endurecer los rasgos faciales. Mientras que un delineado sutil en el párpado puede definir la mirada, una línea negra marcada en la línea de agua inferior puede crear un efecto rígido o severo, lo que tiende a asociarse con una apariencia más madura.
Algo así sucede con las sombras en el párpado. Los tonos oscuros, en lugar de brindar frescura y luminosidad, tienden a marcar las facciones, acentuando líneas de expresión y hundiendo visualmente los ojos, lo que puede generar un efecto contrario al buscado.
Además de sus desventajas estéticas, el lápiz negro en la línea de agua no suele ser una técnica efectiva y es que, al interactuar con la humedad natural del ojo, suele correrse o desvanecerse con facilidad, provocando manchas o acumulaciones en las esquinas del ojo que pueden añadir un aspecto descuidado o envejecido.
"Hay que tener mucho cuidado y saber bien cómo aplicarlo", indica la maquilladora, "lo ideal es difuminarlo 'un pelín', que sea algo sutil; si no, puede hacer que parezcas más mayor y no nos va a beneficiar", confiesa.
En su lugar, también podemos optar por tonos más claros, como blanco o beige. De esta forma, conseguimos neutralizar el color carne o ligeramente rojizo debido a la vascularización de esta área sensible y, por tanto, abrir y resaltar la mirada.