Juan Ramón Meléndez, director de Re-viste.

Juan Ramón Meléndez, director de Re-viste.

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Juan Ramón Meléndez, director de Re-viste: "Las empresas han entendido que solo juntas afrontarán el reciclaje del textil"

ENCLAVE ODS habla con el que ha sido anteriormente director de operaciones de Ecovidrio y gerente de relaciones institucionales de Ecoembes.

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En enero de 2022 unas imágenes conmovieron al mundo. La BBC mostraba la cruda realidad de los desechos textiles que formaban uno de los mayores vertederos internacionales, en el chileno desierto de Atacama.

Kenia es ese otro lugar que recibe anualmente toneladas de prendas, en pacas, para su supuesta venta en mercadillos, aunque según Greenpeace entre el 30% y el 40% de las prendas que llegan a esos países procedentes de Europa o Estados Unidos no son aptas para el consumo.

Esto significa que acaban en vertederos clandestinos y a veces, incluso, son quemadas, con el desastre medioambiental consecuente.

A nivel mundial, la industria textil genera aproximadamente 92 millones de toneladas de residuos al año. Europa, en 2022, originó casi 7 millones de toneladas. Es decir que cada uno de sus habitantes tiraba 16 kilos.

De esos residuos, solo el 15% se recicla, un porcentaje ligeramente mejor que el correspondiente a España, donde, según la Asociación Española de Recuperadores de Economía Social y Solidaria (AERESS), se reduce al 12%.

Así las cosas, estamos de enhorabuena, porque en nuestro país se ha creado Re-viste, un nuevo Sistema Colectivo de Responsabilidad Ampliada del Productor, eso que en términos generales se conoce como SCRAP.

Se trata de una entidad sin ánimo de lucro que surge para dar cumplimiento a la Ley de residuos y suelos contaminados para una economía circular, que transpone las directrices de la Directiva Marco de Residuos de la UE.

Nace este nuevo SCRAP con la misión de que los productores se responsabilicen de los residuos que generan los productos que introducen en el mercado, fruto de la obligatoriedad de recoger por separado los desechos textiles desde el pasado 1 de enero de este año.​

Para dirigir este tránsito hacia la economía circular, el SCRAP nombró a mediados de 2024 a un economista muy ligado al mundo de los residuos.

No en vano, el gallego Juan Ramón Meléndez, ha sido anteriormente director de operaciones de Ecovidrio y gerente de relaciones institucionales de Ecoembes. ​

Juan Ramón Meléndez fue director de operaciones de Ecovidrio y gerente de relaciones institucionales de Ecoembes.

Juan Ramón Meléndez fue director de operaciones de Ecovidrio y gerente de relaciones institucionales de Ecoembes.

Con estas credenciales, se enfrenta a trabajar para que el sector cumpla con las obligaciones legales, promoviendo la recogida selectiva, el reciclaje y la reutilización de productos textiles y de calzado.​

La realidad es que la ley de residuos preveía que el pasado 8 de abril estuviera publicado el decreto que regule la responsabilidad ampliada del productor.

Sin embargo, este ni está publicado ni, según Juan Ramón Meléndez, "tiene pinta de que vaya a estarlo antes del verano. Eso significa que no hay un decreto que regule qué obligaciones van a tener las empresas que ponen productos en el mercado español".

De momento, el SCRAP que, por cierto, ya se constituyó en 2023, por parte de las empresas más grandes (primero, Inditex, Decathlon, H&M, Ikea, Kiabi, Mango, Tendam y Primark y, después, Sprinter y El Corte Inglés) trabaja de manera voluntaria.

"Por ir tirando un poco del carro", recuerda Meléndez, que pone en valor su nombramiento al frente. Está seguro de que se irán adhiriendo otras empresas, antes de que sea obligatorio una vez publicado el decreto.

Cuando eso suceda, se supone que se dará un plazo de "unos 18 meses para que las empresas se sumen". Eso será, como pronto, en enero de 2027. ¿Todas tendrán que unirse?

Se rumorea que es posible que haya un plazo distinto para las pymes, de manera que por debajo de un determinado nivel de facturación, a lo mejor se les dé un tiempo más de moratoria.

Pero, en teoría, a partir de la publicación en el BOE, todas las compañías que pongan producto textil y calzado en el mercado, tanto españolas como extranjeras que vengan aquí, deberán adherirse a un SCRAP, que podrá ser el nuestro u otro, porque no hay obligación de que haya uno solo.

Nosotros aspiramos a ser lo suficientemente buenos y eficaces para que nadie necesite montar otro.

¿Una empresa que fabrica hilo o tejido no estaría obligada, solo las que confeccionen?

La responsabilidad ampliada del productor a la que se refiere este decreto es para el textil y el calzado post consumo. Si hay prendas que no se han vendido, eso es un residuo industrial que cada empresa va a tener que seguir gestionando de manera individual. Eso no va a cambiar.

Pero, si se habla de la responsabilidad ampliada del productor, debería incluir a quienes generan mucho más producto del que se vende.

Esa responsabilidad ya la está, digamos, abordando cada empresa de manera individual. El reto afecta a lo que ya hemos comprado y a la manera en que se puede buscar dar una respuesta a ese tejido o a ese calzado en segunda vida o en reciclado colectivamente.

Y ese es el mensaje potente de esta asociación: empresas muy grandes han comprendido desde el principio que la manera de resolver este reto es hacerlo juntos.

Individualmente, algunas de ellas han hecho sus pinitos en recogida y clasificación en segunda mano, como H&M, Inditex, Mango o Decathlon.

Pero incluso estos que lo han ido haciendo se han dado cuenta de que para resolverlo hay que hacerlo a nivel sectorial, juntos, y es la primera vez que esto ocurre en el mundo, aquí en España. Me parece un mensaje especialmente bueno, potente.

O sea que, por ejemplo, no ocurre en Francia o en Alemania.

La legislación que motiva todo esto es la misma en cada país. Cada Estado miembro se ha encargado de darle un toque distinto cuando ha habido que hacer este decreto que aquí estamos esperando.

Pero esta iniciativa de las empresas grandes del textil y del calzado se produce por primera vez en España. De hecho, lo que a mí me han encargado cuando me contrataron como CEO fue buscar un sistema eficiente, integrador y que permita replicarse con los ajustes necesarios en otros países.

Juan Ramón Meléndez.

Juan Ramón Meléndez.

¿Qué retos van a tener que enfrentar empresas grandes, medianas o pequeñas?

Todos tendrán que implicarse en la gestión del residuo hasta el final de la vida de la prenda. Se tienen que implicar en los procesos. ¿Esto que significa?

Pues que van a tener que modificar la manera en la que producen y diseñan las prendas para favorecer que ese ciclo se cierre. El objetivo es desviar de la basura el residuo textil y aprovecharlo.

¿Y eso cómo se va a lograr?

En primer lugar, con la prevención. Tenemos que intentar que se consuma racionalmente, con sentido común, responsablemente. Hay que hacer campañas educativas.

Y este es un reto en el que tendremos que trabajar en alianza con el sistema educativo, con profesores, universidades, organizaciones de consumidores que nos ayuden a construir este mensaje y que la gente, digamos, reflexione a la hora de comprar y a la hora de consumir.

Ese cambio de mentalidad es básico…

En segundo lugar, hay que priorizar la reutilización. Tenemos que promover el reúso de la ropa. Para que lo utilicen los necesitados en España, para que se venda en tiendas de segunda mano en Europa y, si no, para que se puedan reutilizar en países del tercer mundo, asegurándonos muy bien de que solo les enviamos material que ha sido clasificado aquí como de segunda mano y que tenemos plena seguridad de que va a ser reutilizado allí.

¿Y el reciclaje?

Es la tercera etapa. Las prendas no reaprovechadas las enviaremos a otra planta que las va a clasificar por composición y color, para tratar de aprovechar el tejido: algodón 100% blanco, negro, 90% algodón y 10% poliéster color…

Tenemos que buscarle un proceso de reciclado que puede ser mecánico, químico, termomecánico… Se trata de usar esa fibra, de aprovecharla como una materia prima secundaria. Vamos a tener que buscar para cada una de estas composiciones un proceso.

¿Será solo para conseguir nuevos tejidos?

De estos procesos de reciclado vamos a tratar de maximizar todo lo que podamos para volver a utilizarlo como materia prima textil. Pero puede que haya otras utilidades; por ejemplo, en el mundo de la automoción, en construcción, en decoración…

Lo importante es que ese material vuelva a rendir un servicio a la sociedad de la mejor forma posible. El reto es intentar evitar que vaya al vertedero.

Gratis no va a ser…

Todo esto va a tener un coste. Y vamos a minimizarlo o reducirlo con algunos ingresos. Porque si se vende ropa de segunda mano o si conseguimos una materia prima secundaria para hacer una nueva prenda, esta también tendrá un precio.

Vamos a tener unos ingresos, aunque siempre va a ser deficitario. Siempre va a haber una diferencia. Eso es lo que tiene que financiar la industria.

¿Cómo se hará?

A través de la eco modulación de las tarifas. Es decir, en vez de cobrar una cantidad por tonelada indiscriminadamente para cualquier composición y cualquier tipo de producto, tendremos que buscar un sistema tarifario distinto según la resistencia, la durabilidad y la capacidad de reciclabilidad de cada prenda.

La que cumpla mejor con estas características tendrá que pagar menos que una tonelada de ropa que dure poco, que no se pueda reutilizar o que no se pueda reciclar.

Esta herramienta de eco modulación hemos de trasladarla a la industria para que piense también en términos económicos. Así se interesará más por crear productos durables, reciclables, reutilizables, porque pagará menos y serán más competitivos.

Tenemos que tratar de cambiar hábitos en el ciudadano a la hora de valorar lo que compra y hábitos empresariales; si no, no haremos nada.

Juan Ramón Meléndez, director de Re-viste.

Juan Ramón Meléndez, director de Re-viste.

Son problemas y soluciones globales. Y hay ejemplos como el de recogida y reciclaje de vidrio que han demostrado su efectividad.

Ciudadanos, municipios, empresas…, todos tenemos una parte de responsabilidad. Es difícil encontrar unívocamente a alguien, digamos, a quien le puedas atribuir toda, tanto de los éxitos como de los fracasos.

Pero hablando del vidrio hay que recordar que se recoge en España desde principios de los años 80. Llevamos 42 años con unas cosas verdes en la calle que nos están diciendo todos los días que el vidrio puede tener muchas vidas.

Y al final la gente recicla o no recicla, pero sabe que eso es para una cosa concreta y lo sabe todo el mundo. En el textil vamos a llegar casi los últimos.

Vendrá otro después, que es el de los enseres (muebles y colchones…), pero nosotros vamos a tener la ventaja de que ya hay una conciencia ciudadana al respecto.

En general ya hay un sustrato bastante bueno, pero también ya hay un porcentaje de gente que se siente fatigada con tanta petición de hacer esto y lo otro.

El ciudadano se tiene que sentir parte de la solución.

Sí, es muy importante que no se le quiebre la confianza. Tenemos que intentar acertar desde el principio.

Cuando a veces vemos estos artículos de prendas que se han depositado en un contenedor en España y terminan en un vertedero en Ghana o donde sea es letal. Eso no puede ocurrir. Nosotros nos incorporamos a un ecosistema de recogida del textil que ya existe.

Hay un montón de organizaciones, tanto sociales como empresariales, como Cáritas o Humana, por poner solo dos ejemplos, que en su mayoría lo están haciendo divinamente, pero también hay algunas que no lo están haciendo nada bien.

Re-viste tiene que procurar integrar a todos estos que lo están haciendo bien, ayudarles a apalancarse, a crecer y profesionalizarse. Pero también debemos corregir prácticas que motivan que eso termine donde no debe. Y o lo corregimos o tendremos, incluso, que combatirlo.

¿Quieren que los contenedores rojos se conviertan en el iglú del textil?

Esa es la idea. Y estamos hablando ya con todas estas organizaciones para buscar una imagen común entre todos. No queremos que sea una decisión unilateral del SCRAP.

Queremos encontrar una imagen que sea común, desde luego, sin evitar o eliminar la presencia del nombre de Caritas o de Humana. Necesitamos crear un sistema nacional y una de las vías es la unificación, tiene que ser una organización homogénea, que funcione igual en Zaragoza que en Melilla.

Están realizando pruebas piloto…

Estamos trabajando con la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP). Hemos elegido dos lugares urbanos, Zaragoza y Rubí; dos semi urbanos, que son Coria en Cáceres y San Miguel de Abona en Tenerife.

También queríamos algún ayuntamiento con turismo, con población flotante, con tipologías distintas y dos rurales. Uno es un pueblecito de Galicia, Arbo, y otro, Lozoyuela, en Madrid. Vamos a ver de qué manera recogemos y cómo realizamos las campañas.

No es lo mismo en Arbo, donde vamos a hacer reuniones con una asociación de mujeres rurales y con los profesores de los dos colegios que hay, que en Zaragoza, donde utilizaremos los autobuses.

A partir de mayo vamos a empezar a recoger kilos en estos municipios, en contenedor, en la calle, en los puntos limpios, en tiendas que voluntariamente quieran ser espacios de recepción del residuo.

Y también en lugares, digamos, privados, como centros comerciales, gasolineras, iglesias, aparcamientos. Buscamos que el ciudadano lo tenga cómodo, que no le suponga un rollo

¿Con los diseñadores cómo van a trabajar?

Tenemos que desarrollar de alguna manera instrumentos para ayudar a las empresas a que sus diseñadores se formen para que los criterios de ecodiseño se materialicen.

Pero el diseño de las prendas es una materia puramente empresarial. Nosotros podremos dar formación y criterios, pero cómo lo integra en el modelo de negocio lo tendrá que definir cada empresa.

La verdad es que ya muchas compañías están trabajando en ello, pero tienen que hacer una mejor labor de comunicación.

Todas. Ahora deben ver de qué manera, ¿Solo en el etiquetado? No solo. Además, en la tienda, creando secciones, colecciones... Pues yo eso ya no sé cómo.

Y no me atrevo a hacer vaticinios, pero creo que la sostenibilidad pronto va a dejar de parecer a la gente un atributo valioso en la prenda, llegará un momento en que se dará por hecho.

Como siempre, en sostenibilidad, estamos hablando de luces muy largas.

Y va a ser un proceso muy lento, que afecta desde la materia prima a la producción y a todos los proveedores de aguas abajo para ir cambiando todo esto. ¿A qué velocidad se hará? Pues unos rápidos, otros lentos.