En un mundo cada vez más afectado por fenómenos climáticos extremos, la sostenibilidad se ha convertido en un imperativo estratégico para las empresas. No obstante, un informe de la Cámara de España señala que, a pesar de los avances que se han desarrollado en torno a este tema, tan sólo el 36,6% de las empresas españolas cuentan con una estrategia formal de sostenibilidad en la actualidad.
Este contexto se vuelve aún más complicado con las incertidumbres políticas actuales, que pueden ralentizar el impulso hacia modelos de negocio más responsables con el medioambiente.
Sin embargo, eventos como la COP29 en Bakú han subrayado la urgencia de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, mientras que la próxima COP30 en Brasil se perfila como una oportunidad clave para que el sector privado asuma un papel protagonista en esta transición.
Ante este panorama, resulta evidente que no basta con la intención de ser más sostenibles: las empresas necesitan herramientas concretas que les ayuden a transformar sus operaciones.
La clave, por tanto, está en buscar soluciones innovadoras que permitan no solo adaptarse a las nuevas exigencias climáticas, sino también convertir la sostenibilidad en un motor de eficiencia y competitividad. Y aquí es donde entra en juego la tecnología.
Lejos de ser una simple herramienta operativa, la tecnología se ha consolidado como un aliado estratégico en la sostenibilidad empresarial. Los avances en inteligencia artificial, análisis de datos y automatización han permitido a las empresas medir su impacto ambiental, identificar oportunidades de mejora y acelerar la transición hacia modelos operativos más sostenibles.
Un ejemplo claro de ello es el uso de blockchain, que ha revolucionado la trazabilidad de la cadena de suministro, permitiendo una gestión más eficiente y transparente de los recursos.
Este camino hacia la sostenibilidad empresarial no es sencillo y, por ello, las compañías se enfrentan al desafío de integrarla sin comprometer la eficiencia operativa. Ahí es donde la tecnología marca la diferencia, proporcionando las herramientas necesarias para medir, gestionar y optimizar el impacto ambiental de manera eficaz y estratégica.
La digitalización del análisis del ciclo de vida de los productos y la implementación de gemelos digitales permiten modelar escenarios y prever el impacto ambiental antes de ejecutar cambios en la operación. Esto es clave para cumplir con las crecientes regulaciones y las expectativas de los stakeholders, minimizando riesgos y optimizando recursos.
Así, herramientas como plataformas de análisis permiten a las organizaciones gestionar grandes volúmenes de datos y visualizar indicadores clave de sostenibilidad, como la huella de carbono, el consumo de agua y la generación de residuos. Estos sistemas ayudan a las empresas a tomar decisiones informadas y a trazar estrategias para reducir su impacto ambiental.
El uso de tecnologías como IoT (Internet of Things) también está transformando la gestión de recursos, permitiendo un monitoreo en tiempo real y respuestas automáticas a ineficiencias energéticas.
En Globant, por ejemplo, hemos desarrollado una plataforma de análisis de la huella de carbono que permite a las empresas rastrear sus emisiones a lo largo de toda la cadena de valor, desde la adquisición de materias primas hasta la distribución del producto final. Gracias a la inteligencia artificial y los algoritmos de aprendizaje automático, podemos identificar áreas de mejora y simular el impacto de distintas estrategias para reducir las emisiones.
Por otro lado, la optimización de procesos se ha convertido en otro factor crucial. En este caso, cabe reseñar que los modelos de inteligencia artificial y los avances en automatización permiten a las empresas mapear procesos complejos y detectar áreas de alto impacto en términos de carbono y, con esta información, pueden implementar planes de acción que optimicen el uso de recursos y aceleren la descarbonización de sus operaciones.
De esta manera, tecnologías como la automatización robótica de procesos (RPA) y la computación en la nube son fundamentales para eliminar ineficiencias y reducir el desperdicio de recursos, ya que permiten, optimizar el uso de servidores y reducir el consumo energético, contribuyendo a la sostenibilidad de las operaciones.
La sostenibilidad ya no es una opción; es una necesidad. Estas soluciones tecnológicas no solo facilitan la integración de la sostenibilidad, sino que se han convertido en la palanca de cambio que puede transformar el futuro de las empresas e, incluso, del planeta.
Aquellas compañías que logren alinear su estrategia digital con objetivos de sostenibilidad no solo asegurarán su viabilidad a largo plazo, sino que se posicionarán como líderes en la nueva economía sostenible.
*** Tania Macri Badessich es Sustainable Business Regional Head for EMEA de Globant.