En un mundo donde la sostenibilidad y la tecnología deben converger para afrontar los retos del cambio climático, las ciudades buscan alternativas para disminuir la dependencia de los vehículos de combustión.
En esto está la Administración pública del Área Metropolitana de Barcelona (AMB), que enfrenta retos significativos en términos de movilidad debido a la concentración del 42,8% de la población de Cataluña en apenas el 2% del territorio.
Más del 93% de los desplazamientos en esta región cubren distancias menores a 10 kilómetros, una realidad que posiciona a la bicicleta como una alternativa viable al transporte privado.
Sin embargo, la falta de infraestructura adecuada y de datos de calidad sobre rutas seguras han supuesto un obstáculo para su adopción masiva.
Aquí es donde los Sistemas de Información Geográfica, GIS por sus siglas en inglés, emergen como solución indispensable para una planificación urbana eficiente.
Revolucionando la movilidad
El desarrollo de soluciones como el Visor Ciclista del Área Metropolitana de Barcelona ha cambiado la forma en la que las administraciones planifican y gestionan la movilidad sostenible.
Esta plataforma digital, accesible tanto en versión web como en la app AMB Mobilitat, aglutina un conjunto exhaustivo de datos geográficos sobre la infraestructura ciclista de la ciudad.
Mediante bicicletas equipadas con cámaras, se ha conseguido recopilar un total de 1.840 kilómetros de carriles bici distribuidos en los 15 municipios metropolitanos donde opera AMBici, el servicio público de bicicleta compartida del área metropolitana.
El resultado es una base de datos robusta con información detallada sobre señalización, pavimento, anchura y tipología de carriles, enriquecida con alrededor de 4.000 kilómetros de red ciclable gracias a la información de los servicios de bicicletas compartidas y Open Street Map.
Mediante la capacidad de los GIS para transformar estos datos inconexos en conocimiento estratégico, el AMB es capaz de identificar patrones de uso, evaluar la accesibilidad de las rutas existentes y llevar a cabo una distribución de infraestructuras eficiente, respondiendo a las necesidades reales de los ciudadanos.
Además, el visor incluye un planificador de rutas inteligente que ofrece a los usuarios tres opciones para desplazamientos en bicicleta: la más rápida, la más segura y la más llana, adaptándose así a las preferencias individuales.
Beneficios para la gente
Una plataforma de esta naturaleza no solo facilita a los ciudadanos la planificación de rutas seguras y eficientes, sino que también se convierte en un recurso indispensable para la gestión de la movilidad urbana.
Integrando datos de servicios como AMBici y Bicing, el visor aporta información clave para el diseño de futuras infraestructuras.
Recopilando el comportamiento de los usuarios como búsquedas diarias y distancia recorrida, la administración puede ejercer una planificación estratégica que responda a los patrones de movilidad reales.
De hecho, el éxito del visor queda evidenciado por su impacto en los usuarios, que son en su mayoría ciclistas que recorren distancias de entre 5 y más de 10 kilómetros, según datos del apartado interno de la plataforma.
Así, se refleja cómo los GIS pueden transformar datos inconexos en soluciones prácticas, todo ello, a través de un sistema interoperable y fácilmente consumible que impacta de forma tangible tanto en el estilo de vida de los ciudadanos como en la planificación estratégica a largo plazo.
Estas soluciones no solo permiten optimizar el uso de los recursos existentes, sino que también promueven la adopción de medios de transporte más sostenibles, consolidándolos como soluciones esenciales para entornos urbanos más sostenibles.
El futuro de los GIS
El Visor Ciclista del AMB representa un avance significativo para la región, pero todavía queda mucho camino por recorrer para implantar las alternativas sostenibles como opciones viables de trasporte en la vida cotidiana.
En este sentido, el área metropolitana planea extender el levantamiento de datos a los 21 municipios restantes, sumando 2.800 kilómetros al modelo existente.
Además de ampliar el alcance del visor, este esfuerzo pretende mejorar la precisión de los tiempos de recorrido, incorporando variables como las condiciones reales del tráfico.
Siguiendo el ejemplo del AMB, este tipo de soluciones no solo fomentan el ciclismo, sino que también sientan las bases para ciudades más inteligentes e interconectadas.
Los GIS, al convertir datos complejos en soluciones prácticas, se consolidan como catalizadores esenciales ante los desafíos urbanos del siglo XXI, promoviendo una movilidad más sostenible en las ciudades del futuro.
*** Lluís Tartera es director de negocio en Nexus Geographics.