Nuria Fergó en una imagen de archivo.

Nuria Fergó en una imagen de archivo. Gtres

Famosos DECLARACIONES

Nuria Fergó habla como nunca de su exmarido: "A los 10 días de parir, me fui a la casa de mi madre. Tenía que salir de ahí"

Fergó charla con Cruz Sánchez de Lara en la segunda temporada de 'Madres: desde el corazón'. Además, ha abordado su ruptura con Juan Pablo Lauro.

Más información: La intrahistoria de la ruptura de Nuria Fergó y Juan Pablo Lauro: un "desgaste" en la convivencia y la decisión de la cantante

Publicada
Actualizada

Nuria Fergó (46 años) ha decidido que quiere y, sobre todo, se merece ser feliz. Y para ello ha puesto en orden su vida y se ha enfrentado como nunca a los episodios más dolorosos de su existencia. El silencio ya no es una opción. La cantante de Brisa de esperanza ha hablado alto y claro.

La artista ha roto su silencio en la segunda temporada de Madres: desde el corazón, el programa de entrevistas presentado por Cruz Sánchez de Lara (52), vicepresidenta ejecutiva de EL ESPAÑOL, y producido por Tesseo.

Con gran valentía, Nuria no ha esquivado ninguna cuestión: a todos los pasajes ha mirado de frente. Desde su reciente ruptura con Juan Pablo Lauro (42), pasando por su faceta como madre y, con anterioridad, por su primer -y único- matrimonio con el padre de su hija, José Manuel Maíz.

Nuria Fergó y Cruz Sánchez de Lara, durante el programa.

Nuria Fergó y Cruz Sánchez de Lara, durante el programa.

Comenzando por el presente, Fergó ha hablado del quiebre sentimental con Lauro. Sostiene la de Nerja que, pese a todo, fue una historia bonita: "Fue muy bonito todo. Nos conocimos con una mirada en un autobús y cinco años después coincidimos por una amiga. Comenzamos a escribirnos y quedamos".

Añade: "Tres años hemos estado de relación. Sobre la boda, nunca le di tanta importancia a eso porque yo vivo el momento, el futuro no está. Porque yo mañana me puedo morir, mañana no me puedo levantar. Me puede dar un ictus. (...) Claro que soy impulsiva, lo vivo todo intensamente".

"Porque la vida hay que vivirla, no puedes esperar. (...) Hay que vivir el momento. Todo fue muy bonito, planes de futuro...". ¿Qué pasó en la pareja para que se tomara la determinación de romper?

"No es que pasara nada... Lo que pasa en miles de parejas, no hay que explicar el porqué. Las parejas pueden evolucionar juntos o puede que no. A ti te puede gustar una cosa, y luego te das cuenta de que ya no te gusta. Los sentimientos cambian", explica la intérprete de Quiéreme.

Nuria Fergó y Juan Pablo Lauro en una imagen de archivo.

Nuria Fergó y Juan Pablo Lauro en una imagen de archivo. Gtres

"No hubo un detonante claro. Tampoco se nos rompió el amor de tanto usarlo. Fue todo muy intenso y precioso, de verdad te lo digo. Simplemente, son experiencias. A nivel espiritual estoy creciendo mucho. Soy cada vez más consciente de que a mí me pusieron a mi expareja para crecer", ha agregado ante Cruz Sánchez de Lara.

"Le tengo que dar las gracias porque ha hecho que me conozca mucho más, y que sepa lo que me gusta y lo que no me gusta. Lo habéis vivido todos porque lo he vivido así, pero eso no quería decir que tenía que funcionar. Nadie lo sabe. Y lo de casarme o no, tenía mucho trabajo, gracias a Dios, y tenía que aprovecharlo", ha apostillado.

"Y para mí casarme, después de haberlo hecho ya una vez, es una fiesta. Era una fiesta con amigos porque yo ya consideraba que era la mujer de mi expareja. ¿Por qué? Porque estaba conviviendo, con él, con sus hijos, con mi hija... Soy fiel. Para mí, era mi marido. Daba igual que hubiera firmado un papel", remata Fergó.

Para reflexionar: "Estoy súper tranquila porque yo lo he vivido todo intensamente". En un punto de su entrevista en Madres: desde el corazón, Nuria habla de cómo reaccionó su hija cuando le anunció su ruptura de Juan Pablo: "Mi hija me dijo 'mamá, yo quiero que tú estés bien'".

Su historia con su exmarido

En este programa, Fergó aborda cómo fue su primer matrimonio con José Manuel Maíz, el padre de su única hija. "No fue la boda de mis sueños, pero vamos a dejarlo ahí. Fue la boda de los sueños de otra persona. Cuando una no está bien, te crees que con esto -casarte- vas a estar bien, hasta que aprendes que eso no te da la felicidad. Por eso es importante conocerse y estar bien con uno mismo".

"Soy una chica positiva y alegre, que quiere vivir el momento, pero eso no quita para que yo tenga mis inseguridades. Y eso a lo mejor hace que no te des cuenta: no te quieres lo suficiente. Tenía 22 años, venía de un pueblo, había salido de un programa. Era una niña que quería ser perfecta y no fallar en nada", comienza explicando la andaluza.

Asegura Nuria que en su vida ha luchado por ser perfecta, por ser la mejor versión de sí misma: "Tenía en mi cabeza también ser madre. Sí, quería vivir esa experiencia. También es lo que has visto y en lo que te han educado. He sido madre. Mi niña es lo más grande que tengo, pero no ha sido un camino de rosas".

"No estábamos bien y Marina vino porque el universo quiso que yo fuera su madre, y ella mi hija. El embarazo como madre no fue bonito para mí. Me sentí muy sola, porque no estábamos bien (...) Martina me dio la fuerza para irme de ahí. A los 10 días de haber parido, me fui a la casa de mi madre. A los tres meses, salió el divorcio y me separé", dice Nuria, embargada por la emoción.

Nuria Fergó y José Manuel Maíz, en una foto tomada en 2011.

Nuria Fergó y José Manuel Maíz, en una foto tomada en 2011. Gtres

"Le dije al padre de Martina que necesitaba estar con la familia porque me había tirado todo el embarazo en Mallorca con su familia, y yo veía que me tenía que ir de allí. No estaba bien y pensaba que se me iba a cortar la leche. Me fui y no volví. Él vino a ver a su hija y le dije 'mira, no voy a volver. Sabes que esto estaba roto desde hace tiempo y ya está'. Decidí dejar la relación".

"No quería que mi hija viviera en una casa donde no había amor. Prefería que viviera con el amor de su madre y de la familia de su madre; y con el amor de su padre y la familia de su padre. Eso de aguantar por los hijos, eso de 'es lo mejor para los hijos...'. No, estáis muy equivocados. Lo importante es que los padres estén felices, juntos o separados", manifiesta Nuria.

"Vuelvo al pueblo. Y decido aparcar durante ocho años mi carrera profesional, porque no quería que Martina tuviera ausencias. Sólo salía para ir a conciertos. Mi rutina en el pueblo era llevar a mi niña al colegio, ir al gimnasio, comer en casa de mi madre, llevarla a extraescolares. Y ya está. No quedaba ni con mis amigas para tomar un café".

"Teníamos un convenio. Cuando nos divorciamos no hubo juicio, hubo un convenio entre los dos. Yo tenía la custodia y él, un fin de semana al mes. Él puso que quería ver a su hija un fin de semana al mes. Con lo cual, yo me considero madre soltera. A la niña la estoy educando yo. Él cumple con su manutención y con su fin de semana al mes, pero ya está".

"Vienes anulada"

"Sigo yendo al psicólogo, sobre todo al principio. Me dijo 'madre mía, Nuria, cómo vienes. Vienes anulada'. Me dijo que llevaba una mochila atrás que esto iba a durar años", relata la concursante de Operación Triunfo.

Un día, su vida cambió gracias a un buen consejo: "Fue en una cena benéfica en Marbella cuando el marido de Boris Izaguirre me dijo '¿qué haces en el pueblo?'. Nadie va a ir a buscarte allí. Vete antes de que la niña se arraigue con su gente. Eso fue en agosto, en septiembre me busqué piso en Madrid".

"Pero no me pude ir con la niña, porque me pusieron piedras en el camino. La niña la dejé en Nerja. Porque no podía cambiar a la niña de colegio sin el permiso paterno. Y me fui a Madrid sola, y cada fin de semana iba para estar con ella. Y explicarle a mi hija por qué no podía llevármela. Y cuando fui a juicio para que el juez me diera la firma, porque iba a trabajar, no me iba de fiesta, se anula el juicio porque el padre me pedía la custodia completa", agrega la cantante, casi rota en lágrimas.

"Llegó un punto en el que decidí tirar la toalla. No podía más. Pero me dijeron, 'piensa en tu niña'. Y tiré para adelante. Pero yo soy persona y soy mujer, no solo una madre. No me dejan avanzar, no me dejan avanzar. Pedí ayuda a una amiga coach, que me ayudó a tirar para adelante", concluye Nuria.