Una plaga de polillas gigantes se extiende por España: "Son enormes, parecen pájaros"

Una verdadera eclosión de polillas está sacudiendo las noches de España coincidiendo con los últimos días de mayo. En algunos casos sorprenden por su cantidad, arracimadas en los cristales por las noches; en otros, por su tamaño, de hasta cinco centímetros de envergadura. Su extensión, además, abarca todo el territorio: Galicia, Comunidad Valenciana, Castilla y León, Madrid, Castilla-La Mancha, Región de Murcia y Andalucía son algunos de los focos de esta plaga.

Sin embargo, y pese a la proliferación de vídeos y comentarios virales, no se puede decir que sea una novedad. La intrusión y proliferación de estos lepidópteros entre la primavera y el verano se ha estado viendo favorecida por las elevadas temperaturas de los últimos años. En 2024 el Ayuntamiento de Madrid se vio obligado a explicar que no había 'plaga de polillas' como tal en la capital.

"Esta situación responde a un fenómeno natural y cíclico, que implica a varias especies de estos insectos y que está directamente relacionada con movimientos masivos o migraciones de estos lepidópteros, con frecuencia originadas en la misma Península Ibérica y/o en el norte del continente africano y en dirección norte, hacia el centro-norte de Europa", recogía el Área de Medioambiente.

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"Este fenómeno no supone riesgo alguno en salud pública; estos insectos no pican ni transmiten enfermedades al ser humano. Tampoco guardan relación alguna con otras que generan daños en textiles", aclaraban. "Son insectos inofensivos, por lo que debe contemplarse con un suceso pasajero, de varios días de duración, y que representa un ejemplo curioso de la biodiversidad en su contexto estacional y de la complejidad de la ecología de ciertos insectos".

La especie es la Autographa gamma, también llamada 'Polilla o Plusia Gamma' por el dibujo blanco en las alas anteriores que recuerda a la letra griega gamma. Los adultos son de tamaño medio y miden 35-40 mm de envergadura y su distribución geográfica natural se centra en Europa, Asia y África septentrional. Sin embargo, en determinadas condiciones, pueden superar los 4,5 cm. Y aunque las polillas como tal no son dañinas para el campo, sí lo son sus orugas.

Entre los factores que han podido colaborar en su reproducción están las lluvias de los últimos meses. Según explicaba a Maldita.es Óscar Soriano, científico titular del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) especializado en entomología sanitaria, la mayor disponibilidad de vegetación proporciona mayor alimento a las orugas de esta polilla. A continuación, el calor acelera su metabolismo. A mayor temperatura, más rápida será su metamorfosis.

“Las larvas se desarrollan más deprisa, comen más plantas y ‘salen’ antes en forma de mariposas", explicaba. Esta aceleración del metabolismo puede conducir a más generaciones en un mismo año. "El adulto, que suele poner los huevos a finales del invierno, los pone antes. El resultado es otra generación de polillas". Y finalmente, si el invierno no ha sido frío como ha sucedido este año, "mueren menos orugas y crecen más individuos, sobre todo en primavera, que es cuando completan su ciclo".

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"Lo ideal para evitar que entren en las casas es instalar mosquiteras en las ventanas y rejillas en las zonas de ventilación, además de tener cuidado al abrir puertas y ventanas", explica el biotecnólogo Daniel Pellicer Roig en National Geographic." Al tratarse de insectos relativamente rápidos que se mueven por el aire, las corrientes pueden llevarlas al interior de las viviendas en momentos en los que está ventilando el calor de la calle".

"Luces, olores a comida, piel muerta o sudor, y ciertas plantas también pueden actuar como reclamo a estos insectos, por lo que mantener la casa limpia puede ayudar a que nos eviten", prosigue el experto en Biomedicina y Enfermedades Raras. "Además, ciertas sustancias como la naftalina o la lavanda pueden camuflar el resto de olores y quitarle el atractivo a nuestra casa para estos insectos que se autoinvitan".