Un alumno con una Super 8  en una de las actividades del festival S8 en A Coruña

Un alumno con una Super 8 en una de las actividades del festival S8 en A Coruña Andrea R. y A. Morandeira

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60 años del Super 8, el formato que cambió la forma de hacer cine: "Es la historia de la gente"

El festival S8 incluyó en su edición de este año una serie de actividades para homenajear esta forma de grabación revolucionaria

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Hace ya 60 años, en el año 1965, nacía un nuevo formato que revolucionaría la forma de hacer cine: el Super 8. Con esta nueva manera de grabar lanzada por la compañía Kodak —pionera también en el acercamiento de la fotografía al público general— surgía una nueva manera de aproximarse a las películas, democratizando el acceso al cine.

Una comida con la familia al completo, los recuerdos de un viaje de verano o simplemente momentos cotidianos que luego se proyectan en imágenes granuladas y de bordes desenfocados. Son numerosos los recuerdos que han captado las cámaras del Super 8, que marcaron un antes y un después en la forma de grabar imágenes en movimiento.

Esta semana, A Coruña conmemoró las seis décadas de este formato dentro del festival S8 que ya homenajea al Super 8 en su propio nombre y dedicó gran parte de su programación de su XVI edición a este aniversario.

El formato que revolucionó el cine y fue el inicio de Pedro Almodóvar o David Lynch

Ángel Rueda, codirector y fundador del (S8) Mostra Internacional de Cinema Periférico, señala la importancia del contexto en el que nace esta nueva tecnología.

Antes del Super 8, el cine ya era muy popular pero necesitaba grandes cámaras analógicas con su correspondiente proceso de revelado. La portabilidad, con cámaras más pequeñas, es la gran revolución del nuevo formato de Kodak.

"El formato del Super 8 permite meter el cine en las casas. Da la posibilidad de documentar tu propia vida, de crear un álbum de fotos en movimiento. El cine se democratiza y cualquiera puede hacer una película", resume Rueda.

Elena Duque, programadora del festival, destaca también características como el ser "muy accesible y fácil de usar".

"Con el Super 8 bastaba con tus ideas, tu mirada y tu curiosidad"

Ángel Rueda, codirector de la muestra S8

Con su irrupción dejaron de ser necesarios grandes equipos tecnológicos y humanos para hacer una película. "Da acceso a una nueva generación de cineastas que están fuera de la industria. Bastaba con tus ideas, tu mirada y tu curiosidad", añade el fundador del S8.

Algunos de los nombres de esta nueva generación son David Lynch o Pedro Almodóvar, directores ahora muy reconocidos que en sus inicios se sirvieron del Super 8 para dar los primeros pasos en el mundo del cine.

Rueda explica que esto permitió que "grandes cineastas accedieran a su propio lenguaje y pudieran crear su propia manera de hacer películas".

Cinta de Super 8 en una sesión escolar del festival S8 en A Coruña.

Cinta de Super 8 en una sesión escolar del festival S8 en A Coruña. Andrea R. y A. Morandeira

Estas cámaras obligaban, además, a ver en lugar de simplemente mirar. Para filmar era necesario mirar a través del tomavistas, dirigiendo la mirada a aquello que se quiere enfocar. "Tiene una parte romántica de soñar con lo que es el cine. Obliga a decidir en qué poner la mirada y qué historias contar. Se convierte en algo personal", resume el director.

La influencia del Super 8 en el cine experimental latinoamericano

Duque señala que su pequeño tamaño y unos precios menos elevados facilitaron la evolución del cine experimental. "Su tamaño permite cierta intimidad a la hora de filmar. Supuso un cine muy cercano al cuerpo, tenía esa cualidad de cámara que puedes introducir en cualquier espacio", explica.

"El tamaño del Super 8 permite cierta intimidad a la hora de filmar"

Elena Duque, programadora del S8

Estos factores tuvieron gran relevancia en el cine latinoamericano. Carlos Castillo y Daniela Cugliandolo, ambos invitados en esta edición, son prueba de ello.

El venezolano se adentró en el mundo del cine con una primera película titulada Matiné 3:15 (1975) que recrea sus recuerdos de niño acudiendo al cine.

Castillo todavía recuerda cuando adquirir las cintas era algo tan sencillo como acudir a una farmacia o un taller y para revelarlas se podía ir a una gasolinera. "Una de las ventajas era que era totalmente accesible. Su nombre importado era home movie, el cine de adentro. A mi parecer es el más importante, porque es el cine privado del autor que revela a su familia y a la larga a su país, sus características y todo lo demás".

Cugliandolo se enamoró del formato con el cambio de milenio, cuando este se empezó a revelar en Argentina. Con formación teatral, apostó por grabar una de las obras que iba a dirigir. El resto fue historia.

La memoria de los gallegos emigrados

La importancia del alcance de este formato es tal que el Super 8 tiene consideración de patrimonio por guardar "toda la memoria del siglo XX, no de un documental o una película, sino de esas pequeñas cintas que la gente guarda en sus casas. Es la historia de la gente", apunta Rueda.

Galicia no fue ajena a este alcance. En un momento marcado por la emigración de gallegos, sobre todo a Latinoamérica, estas cintas complementaban las cartas que unían a familias separadas.

"Ver esas imágenes de una familia gallega emigrada es a veces más estimulante que poder ver un clásico del cine. Ves una realidad que supera cualquier ficción", apunta sobre estos documentos Ángel Rueda, quien también es historiador del cine.

Sesión escolar sobre el Super 8 en el festival S8 de A Coruña

Sesión escolar sobre el Super 8 en el festival S8 de A Coruña Andrea Rodríguez

En lugar de escritos, estos documentos son "cartas filmadas con sonido" que conectaban a familiares separados por un océano.

Otros puntos de vista

Lejos de ser un formato muerto, la argentina Daniela Cugliandolo destaca cómo este se hibrida con otros digitales para seguir evolucionando.

En este mismo sentido, Elena Duque explica que hay nuevas generaciones de gente joven que ha retomado el Super 8 "desde otro lugar totalmente distinto". Sin una mirada marcada por la nostalgia, estos nuevos artistas "retoman la cámara y el formato desde otra fascinación diferente, de alguien que descubre algo nuevo". Cristina Souto o Nela Fraga son algunas de ellas.

"No nos cansamos de escuchar que el cine analógico se muere y no es verdad. Sobrevive, se usa de otras maneras, pero hay un interés genuino", apunta Duque.

Sesión escolar sobre el Super 8 en el festival S8 de A Coruña

Sesión escolar sobre el Super 8 en el festival S8 de A Coruña Andrea Rodríguez

En España, Madrid, Barcelona o San Sebastián son puntos con mucha actividad en este sentido. También A Coruña. Una apuesta por lo "personal, único y diferente" es el motivo por el que la muestra S8 celebra este formato.

"Lo reivindicamos desde la primera edición porque no queríamos que se perdiera la frescura del Super 8, de esas primeras películas que hacíamos sin ningún complejo. Queremos recordar la importancia que ha supuesto, no solo para el cine, sino para la sociedad", señala Rueda.