El boxeador argelino Imane Khelif durante los JJOO de París 2024.

El boxeador argelino Imane Khelif durante los JJOO de París 2024. Reuters

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El COI permitió que un hombre pegara a mujeres y robara sus medallas

Imane Khelif es un hombre y todos los informes médicos conocidos antes, durante y después de los Juegos Olímpicos demostraron que tiene cromosomas XY, testículos internos, micropene y testosterona masculina.

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Confirmado por segunda vez.

Hace diez meses, con ocasión de los Juegos Olímpicos de París, escribí en EL ESPAÑOL sobre la polémica surgida a propósito de la participación de dos varones en las categorías deportivas femeninas de boxeo.

Boxeo, ni más ni menos. Un deporte de contacto donde está comprometida la integridad física de los participantes, siendo por ello primordial que se diferencien y respeten las categorías por peso y sexo.

Esto precisamente fue lo que no hizo el Comité Olímpico Internacional durante los Juegos Olímpicos y por lo que algunas, ya entonces, nos posicionamos en defensa de las mujeres descalificadas por varones tramposos que les robaron pódiums y medallas.

En definitiva, al lado de la verdad y de lo justo para esas mujeres deportistas que entrenan toda su vida para llegar a unos Juegos Olímpicos.

Hoy, tras las últimas noticias conocidas sobre Imane Khelif que revelan su sexo masculino, podemos decir que, una vez más, teníamos razón y que en nombre del progresismo y una falsa inclusión se vulneraron los derechos de las mujeres comprometiendo su seguridad, su integridad física y moral, y la competición en igualdad de condiciones.

Angela Carini, tras su combate contra Imane Khelif en los Juegos de París.

Angela Carini, tras su combate contra Imane Khelif en los Juegos de París. Reuters

Recordemos los hechos hasta hoy.

Imane Khelif ya había sido descalificado en el Mundial de Boxeo Femenino de 2023 por no superar los criterios de elegibilidad relativos al sexo.

Un año antes, en 2022, la Organización Mundial de Boxeo había avisado del caso al Comité Olímpico Internacional.

Su vicepresidente había confirmado que Khelif es biológicamente un hombre y que fue detectado en 2022 junto con otros cuatro casos de “boxeadores que en realidad eran hombres”.

La Asociación Internacional de Boxeo remitió una carta al COI donde señalaba que las dos pruebas realizadas a Imane Khelif determinaban que “su ADN compuesto por cromosomas XY es el de un hombre”.

El COI, pues, ignoró deliberadamente, hasta en dos ocasiones, esta información, permitiendo que Imane Khelif compitiera en el boxeo femenino, permitiendo el juego sucio contra las mujeres deportistas.

Y sucedió lo que advertimos: Imane Khelif fue medalla de oro y campeón olímpico, robando el título a la mujer a la que legítimamente pertenecía este, Liu Yang.

Frente a estos hechos, el progresismo mediático y el movimiento transgénero defendieron hace diez meses, y siguen defendiendo hoy, con la realidad abofeteándoles en la cara, que Imane Khelif era "una mujer con un alto nivel de testosterona" o una mujer "con un trastorno de desarrollo sexual" (DSD).

También dijeron que Imane Khelif era una “persona intersexual”.

Intersexualidad, una anomalía genética que afecta al 0,02 % - 0,05 % de la población, pero que continuamente instrumentaliza el movimiento transgénero para tratar de validar la magufada queer, 100% acientífica, de que “existe un tercer sexo” (recordemos que los teóricos queer han llegado a defender la existencia de hasta cinco sexos).

Pues bien. Imane Khelif no encaja en ninguna de las tres posibilidades que los transgeneristas convenientemente introdujeron en el debate público.

Lo que los test genéticos mostraron en su momento es que Khelif podría tener alguna anomalía del desarrollo sexual (ADS o DSD) de cariotipo XY.

Es decir, que Imane Khelif era una persona nacida varón con cromosomas masculinos XY. Pero un trastorno de desarrollo sexual no convierte mágicamente al hombre que lo padece en mujer.

Fueron, de hecho, las ventajas biológicas dadas por su sexo de varón el motivo de su descalificación en la IBA.

El boxeador Imane Khelif, con su oro olímpico en París 2024.

El boxeador Imane Khelif, con su oro olímpico en París 2024. Europa Press

Por si no estaba suficientemente claro, veamos los nuevos hechos conocidos.

Tres meses después de haberse proclamado campeón olímpico se conoce el informe elaborado en 2023 a través de una colaboración entre el hospital Kremlin-Bicêtre en París y el hospital Mohamed Lamine Debaghine en Argel.

El informe concluye que Khelif presenta una condición genética conocida como deficiencia de 5-alfa reductasa, un trastorno del desarrollo sexual que afecta exclusivamente a individuos biológicamente masculinos. El informe completo revela que Khelif fue sometido a una resonancia magnética que mostró la ausencia de útero y la presencia de testículos internos.

Además, también describe que Khelif tiene cariotipo XY y que su nivel de testosterona es el característico de un hombre.

Esto se refuerza tras los dos nuevos test genéticos que conocimos hace cuatro días y que han sido filtrados tras la decisión de World Boxing de exigir, como es normal, test de verificación de sexo para poder competir

Resumo, por si no ha quedado lo suficientemente claro: Imane Khelif es un hombre y todos los informes médicos conocidos antes, durante y después de los Juegos Olímpicos demostraron que tiene cromosomas XY, testículos internos, micropene y testosterona masculina.

El Comité Olímpico lo sabía y permitió que un varón pegara y robara medallas a mujeres delante de todo el mundo.

Ante la infamia reconfirmada, cabe hacerse las siguientes preguntas.

¿Otorgará el COI a la legítima ganadora, Liu Yang, el título de Campeona Olímpica que le robaron?

¿Pedirá disculpas el presidente del COI, Thomas Bach, por afirmar que Imane Khelif es un varón y que esa evidencia responde a una campaña de desinformación rusa? Una tesis ridícula mantenida también por periodistas patrios como Antonio Maestre, autoidentificado "progresista".

¿Pedirá disculpas El Diario por llamar "extrema derecha" a las feministas y a cualquiera que dijera lo que todos veíamos y sabíamos?

Lo mismo se le puede preguntar al Diario Red de Pablo Iglesias, a Pablo Echenique, a Ramón Espinar y a tantos “izquierdistas” de la esfera política y mediática que nos acusaron de ultras, transfobas y demás etiquetas punitivas recurrentes.

Después de cientos de casos, y no sólo en el ámbito deportivo, que nos dan la razón, ¿nos pedirán perdón a quienes llevamos años denunciando la vulneración de los derechos de las mujeres y de la infancia que suponen las políticas transgénero que ellos promueven?

¿Le pedirán perdón a la boxeadora Angela Carlini, que, tras cuarenta y cinco segundos de combate, se retiró literalmente arrodillada y humillada por la incapacidad de soportar lo que ella misma denominó como “un tipo de golpe que jamás había recibido”?

El golpe de un hombre a una mujer.

La respuesta a todas estas preguntas ya las conocemos. Seguiremos haciéndolas hasta que sean respondidas como la verdad y la justicia exigen.

Seguiremos denunciando la violencia contra las mujeres que el transgenerismo defiende y alienta.