
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, durante una comparecencia en la Eurocámara
El TGUE reprende a Von der Leyen por no entregar sus SMS con el jefe de Pfizer para un megacontrato de vacunas Covid
La sentencia supone un importante revés a la política de compras conjuntas de vacunas que puso en marcha la presidenta de la Comisión durante la pandemia, a la que se le reprocha falta de transparencia.
Más información: El TGUE condena a Bruselas por limitar el acceso a los contratos de las vacunas contra la Covid
La justicia europea amonesta a la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, por negarse a entregar los mensajes de texto que intercambió con el director ejecutivo de la farmacéutica Pfizer, Albert Bourla, durante las semanas previas a la firma de un megacontrato de vacunas contra la Covid-19. El fallo supone un duro revés a la política de compras conjuntas de vacunas que puso en marcha la jefa del Ejecutivo comunitario durante la pandemia, a la que se le reprocha falta de transparencia.
De hecho, el fallo de este miércoles del Tribunal General de la UE (TGUE) se refiere a una petición de información realizada por una periodista del New York Times. La reportera había escrito un artículo hagiográfico sobre Von der Leyen cuya línea argumental sostenía que fueron los intercambios de SMS de la presidenta con Bourla los que permitieron a la UE firmar un contrato gigante con Pfizer en mayo de 2021 para acceder a 1.800 millones de inyecciones contra la Covid.
El acuerdo se produjo en un momento en que Von der Leyen estaba en el ojo del huracán porque la UE no contaba con vacunas suficientes contra la Covid. AstraZeneca no estaba entregando las dosis prometidas y los contratos previos firmados con Pfizer y Moderna no alcanzaban a cubrir las necesidades de los europeos.
Tras publicar su artículo, la periodista del New York Times solicitó a la Comisión Europea que le diera acceso a la totalidad de los mensajes de texto intercambiados entre Von der Leyen y Bourla entre el 1 de enero de 2021 y el 11 de mayo de 2022, amparándose en el reglamento comunitario de acceso a los documentos. El Ejecutivo comunitario denegó dicha solicitud aduciendo que no tenía en su poder los documentos a los que esta se refería. La redactora y el periódico solicitaron al Tribunal General que anulara la decisión de la Comisión.
En su sentencia, el Tribunal General estima el recurso del New York Times y anula la decisión de la Comisión. Los jueces critican que "a lo largo de todo el procedimiento, las respuestas proporcionadas por la Comisión en relación con los mensajes de texto solicitados se basan o bien en suposiciones, o bien en informaciones cambiantes o imprecisas".
En cambio, la periodista y el New York Times "aportaron elementos pertinentes y concordantes que describen la existencia de intercambios —en particular en forma de mensajes de texto— entre la presidenta de la Comisión y el presidente y director ejecutivo de Pfizer, en el contexto de la compra de vacunas por la Comisión a la referida empresa durante la pandemia de Covid-19".
En este sentido, el TGUE sostiene que la redactora y el periódico "han conseguido refutar la presunción de inexistencia y de no posesión de los documentos solicitados".
"En una situación como la descrita, la Comisión no puede limitarse a afirmar que no tiene en su poder los documentos solicitados, sino que debe presentar explicaciones creíbles que permitan al público y al Tribunal General entender por qué no pueden encontrarse esos documentos", censuran los jueces.
"La Comisión no explicó en detalle el tipo de búsquedas que supuestamente se realizaron para encontrar esos documentos, ni especificó los lugares en que esas búsquedas se llevaron supuestamente a cabo. Por lo tanto, no proporcionó una explicación plausible para justificar que no estaba en posesión de los documentos solicitados. Además, la Comisión no aclaró suficientemente si los mensajes de texto solicitados se habían suprimido y, de ser así, si la supresión había sido voluntaria o automática, o si el teléfono móvil de la presidenta había sido sustituido en ese intervalo de tiempo", prosigue el fallo.
Por último, el TGUE censura que "la Comisión tampoco explicó de manera plausible por qué consideró que los mensajes de texto intercambiados en el contexto de la compra de vacunas contra la Covid-19 no contenían información importante o que precisara de un seguimiento, cuya conservación debiera garantizarse".
El fallo significa que el Ejecutivo comunitario, salvo que presente recurso, tendrá que volver a examinar la petición del New York Times y buscar de nuevo los mensajes de texto que intercambió en esas semanas con el jefe de Pfizer.
El argumento de Bruselas es que los mensajes intercambiados por Von der Leyen con Bourla no constituyen en sentido estricto documentos puesto que no contenían ninguna información relevante para la configuración de políticas. El Ejecutivo comunitario sugiere que podría tratarse de mensajes para fijar una cita para hablar por teléfono, debido a la diferencia horaria entre Bruselas y Estados Unidos.
Pero lo único que queda claro de las explicaciones de la Comisión es que era la propia presidenta la responsable última de decidir si guardaba esos mensajes o los destruía.
En su primera reacción al fallo del TGUE, el Ejecutivo comunitario asegura que lo estudiará "detenidamente" y "decidirá los próximos pasos". "A tal efecto, la Comisión adoptará una nueva decisión que ofrecerá una explicación más detallada", asegura en un comunicado. Es decir, Bruselas parece que no se plantea en ningún caso entregar esos mensajes pese al rapapolvo de la justicia europea.
"La transparencia siempre ha sido de suma importancia para la Comisión y la Presidenta von der Leyen. Continuaremos acatando estrictamente el sólido marco legal para hacer cumplir nuestras obligaciones. Seguimos plenamente comprometidos a mantener la apertura, la rendición de cuentas y una comunicación clara con todas las partes interesadas, incluidas las instituciones de la UE, la sociedad civil y los representantes de intereses", concluye el comunicado.