
Kim Jon-un junto a un grupo de militares el pasado 16 de mayo.
Kim Jong-un purga a cuatro oficiales tras la chapucera botadura del destructor más poderoso de Corea del Norte
El buque de guerra más grande del país, que ya está siendo reparado, fue dañado durante su ceremonia de botadura en la que Kim estaba presente.
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El gran enfado de Kim Jong-un por la chapucera botadura del destructor más poderoso de Corea del Norte, que ya está siendo reparado, ya he tenido consecuencias. En los últimos días cuatro oficiales han sido detenidos y relevados de sus puestos por lo que el líder norcoreano considera "un acto criminal que no puede ser tolerado".
El destructor, considerado el buque de guerra más grande de Corea del Norte, fue dañado la semana pasada durante su ceremonia de botadura. Un fallo el desplazamiento sincronizado de las plataformas de lanzamiento provocó que la sección de popa del destructor de 5.000 toneladas se soltara antes de tiempo y quedara atascada, lo que causó daños estructurales que, según la agencia estatal norcoreana KCNA están siendo reparados "activamene bajo la guía técnica de un grupo de expertos".
Todo esto provocó la furia de Kim Jong-un, que ha ordenado la detención de cuatro altos funcionarios, el último Ri Hyong-son, subdirector del Departamento de Industria de Municiones por su "gran responsabilidad" en el accidente.
También han sido detenidos Kang Jong-chol, el ingeniero jefe del astillero de Cheongjin, donde tuvo lugar el suceso; el jefe del taller de construcción de cascos, Han Kyong-hak, y el subdirector de asuntos administrativos, Kim Yong-hak, a quienes el régimen calificó como "responsables del accidente".

Imagen satelital que muestra al destructor antes de ser botado. Reuters / Maxar Technologies
"Acto criminal"
El accidente se produjo el pasado miércoles durante la botadura del destructor que estaba teniendo lugar en presencia de Kim Jong-un, quien ha responsabilizado directamente a varios organismos, entre ellos el Departamento de la Industria de Municiones del Comité Central del Partido de los Trabajadores.
Aseguró, además, que el accidente se debió a "pura negligencia, irresponsabilidad y empirismo anticientífico" y que "dañaba severamente la dignidad y el orgullo de nuestra nación", lo que suponía "un colapso en la dignidad y respeto propio de nuestro Estado".
Este tipo de reconocimiento público de fallos técnicos o administrativos por parte de Corea del Norte es inusual, dado que el régimen suele ocultar incidentes que puedan interpretarse como señales de debilidad o incompetencia, especialmente en sectores estratégicos como el militar.
Pionyang ha minimizado los daños sufridos por el navío, asegurando que "no son graves", pero ha prometido depurar responsabilidades por lo que considera un "acto criminal imperdonable" por "la imprudencia, la irresponsabilidad y la actitud empirista poco científica" que han permitido que algo así suceda.