
Antonia Roldán, física española.
Antonia Roldán: la manchega graduada en Física que pasó a ser considerada la primera meteoróloga española
Accedió al Cuerpo Superior de Meteorología tras el Reglamento de 1941 y se especializó en el campo de la Climatología.
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Una mujer que sacó su valentía a pasear en una España que relegaba a la mujer al más puro ámbito doméstico, un país en el que ser mujer era complicado y serlo con ambiciones profesionales era una carrera de fondo llena de obstáculos.
Sin embargo, Antonia Roldán no sólo consiguió estudiar lo que le fascinaba, ocupó grandes puestos en una de las instituciones más importantes del país en su ámbito y consiguió ser referente para generaciones venideras.
La manchega Antonia Roldán Fernández, originaria de Miguelturra, Ciudad Real, nació en la calle Cohombro el 20 de noviembre de 1913.
La segunda de nueve hermanos cursó sus estudios primarios en el Colegio de los Jesuitas en Ciudad Real, asentando las bases de un futuro académico prometedor en una época en la que España no pasaba por sus mayores índices de igualdad de género.
Tras acabar los estudios primarios, la hija de Justo Roldán y Rosario Fernández entró en la Academia General de Enseñanza Pérez Molina, examinándose en Madrid de bachillerato con un resultado de Matrícula de Honor.
Posteriormente, entró en la Universidad Central de Madrid, la que hoy se conoce como Universidad Complutense de Madrid, donde cursó y se licenció en Ciencias Físicas, pasando a ser una de las primeras mujeres físicas en España.
Sin embargo, sus estudios no acabaron ahí y prosiguió su carrera académica para alcanzar el título de Doctora. Durante sus años estudiando, fueron varios los maestros que dejaron huella en ella.
Estos fueron: Arturo Duperier Vallesa, catedrático de Geofísica en la misma universidad en la que Antonia estudió; y Julio Palacios, presidente de la Sociedad Española de Física y Química y catedrático de Termología, entre otros cargos.
Un sueño salpicado por la Guerra Civil
La física aprobó las oposiciones para la escala de Auxiliar de Meteorología, lo que le dio el trampolín para convertirse en una de las primeras cuatro mujeres que accedieron al antiguo Servicio Meteorológico Nacional en 1935.
Tuvo su primera toma de contacto en el Observatorio Meteorológico del Retiro antes de convertirse en Jefa de Climatología en la Ciudad Universitaria.

Antonia Roldán, se convirtió en una de las primeras mujeres en licenciarse en Física en nuestro país.
El Reglamento de 1941 determinaba que solo se podía acceder al Cuerpo Superior de Meteorología desde el puesto de Auxiliar con un bagaje de cinco años al servicio, la titulación estipulada en regla y la defensa ante tribunal de una memoria científica.
Tres requisitos que la miguelturreña cumplió y que le dieron acceso al Cuerpo Superior de Meteorólogos en el que estuvo hasta su jubilación con rango militar de Teniente.
¿Por qué tenía un rango militar? En el 39, al finalizar la guerra, el Instituto Nacional de Meteorología pasó a formar parte del ejército y como consecuencia, todas las personas que trabajaban allí fueron militarizadas.
Incluida Antonia Roldán, que pasó a ser un alto mando, y, aunque nunca tuvo que vestir de uniforme, sí recibió tratamiento y el carné militar.
Pero no fue todo tan sencillo, al quedarse el bando nacional con el Instituto, las mujeres dejaron de tener cabida en la plantilla.
Por ello, gracias al Reglamento de 1941 que ponía tres requisitos imprescindibles para ser admitida en el Cuerpo Superior de Meteorología, Antonia Roldán pudo acceder e ir escalando puestos.
Referente en su campo
Una mujer con grandes capacidades, experiencia y profesionalidad que, aunque cargó con amplias responsabilidades desde su ingreso en el Cuerpo Superior de Meteorólogos se especializó en todo lo relacionado con el clima.
La vigilancia, el seguimiento del clima y el tiempo que volcó en el campo de la Climatología, la convirtió en una de las mayores referentes para los climatólogos de nuestro país que vinieron tras ella.

Antonia Roldán, la manchega considerada la primera meteoróloga española.
Con una gran trayectoria, numerosas publicaciones y estudios, el 8 de marzo de 2004 se le rindió un homenaje organizado por el Centro de la Mujer de Miguelturra al que asistió emocionada. Murió tres meses después, en junio de 2004.
Una ciudad que le ha reconocido su labor en diferentes momentos, como cuando en 2007 se le puso su nombre a una calle.