
Foto de archivo de una de las prendas de Springfield. Cedida
¿Cómo se plantea una línea de forma sostenible? Así es Tendam Sustainability Lab, el proyecto de Tendam y UDIT
María Tamames y Richard Gum nos brindan las claves de este programa innovador y de su esfuerzo diario por un sector textil más responsable.
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La producción sostenible se ha convertido en uno de los grandes retos del sector textil. Por ello, el grupo multimarca Tendam y la Universidad de Diseño, Innovación y Tecnología (UDIT) han decidido unirse para la creación de un programa centrado en I+D+i.
El fruto de su colaboración es un laboratorio de sostenibilidad Tendam Sustainability Lab, creado con el apoyo de la consultora IDavinci, para trabajar en la investigación y desarrollo de proyectos, la transmisión de innovación y la formación.
A través de esta acción, se implementan proyectos de investigación junto a docentes e investigadores de UDIT, poniendo el foco en la mejora de la sostenibilidad y la circularidad. Se presenta, asimismo, como un hub de conocimiento e innovación para los empleados de Tendam y el público general.
María Tamames es una de sus participantes. Graduada en Diseño de Moda y Máster en Ingeniería Textil por la Universidad Politécnica de Valencia y el Instituto Tecnológico Textil AITEX, es experta en trazabilidad de la cadena de suministro, análisis de impacto ESG y transformación sostenible de modelos de negocio.

María Tamames. Cedida
La experta destaca que se trata de una apuesta muy diferencial: "La idea era que pudiéramos, por una parte, activar el desarrollo de proyectos de innovación que participarán en convocatorias competitivas. Por otra parte, impulsar planes formativos en materia de sostenibilidad. Es distinto porque no hay una cultura o un hábito en el que la universidad sea, para las empresas, un punto de apoyo".
Richard Gum, director de compras de la parte masculina de Cortefiel, Pedro del Hierro y OOTO, también participante del programa, destaca: "Es una especie de 360 grados. Se trata de plantear cómo hacer más sostenible nuestro proceso de creación de producto y fabricación, desde un punto de vista más industrial: cuáles son los diferentes procesos para reciclar tejidos, cómo los podemos incorporar bien en nuestros materiales, etc.". El experto se centra en incorporar la sostenibilidad en el día a día del trabajo.
Entre los objetivos del proyecto se encuentran "la ampliación de los conocimientos generales sobre sostenibilidad y diseño para la circularidad; la investigación de las prácticas actuales en la industria sobre la implementación real de estrategias de diseño circular; la promoción del uso de materiales sostenibles y técnicas innovadoras con menor impacto ambiental y tecnologías avanzadas que mejoren la eficiencia del diseño".
Sí al ecodiseño
El ecodiseño es el hilo conductor del programa. María Tamames explica que se trata de "un término que aglutina el concepto de un nuevo sistema en todas las cadenas de suministro. Tiene que ver con el análisis de ciclo de vida del producto y cómo activar una perspectiva circular en cada etapa para transformar procesos operacionales".
En este sentido, "el producto tenía su principio y su fin de vida, ahora se pretende que se reconduzca hacia un replanteamiento global y no desde su perspectiva solo final, sino desde el momento en el que se está diseñando o materializando. Se piensa en cómo va a llegar a su fin de vida útil y reintroducir en esos ciclos. El ecodiseño plantea un nuevo paradigma en este sentido", aclara la experta.
Con respecto a la prevención sostenible, la docente destaca: "Es muy importante el medir los impactos, no solo el medioambiental, sino los sociales, operacionales, corporativo, en la gobernanza y en la toma de decisiones. Afortunadamente, hemos superado la visión limitada de la sostenibilidad centrada exclusivamente en lo ambiental; hoy se aborda desde una perspectiva mucho más integral y holística".
Richard Gum trabaja, a su vez, en "la búsqueda de fuentes de fibras recicladas, las características técnicas que pueden tener y la manera de incorporarlo en los nuevos productos que estamos diseñando y comprando. En base a esto, he ido revisando varias líneas para ver cómo incorporar tejidos reciclados y cuáles son las diferentes calidades y procesos que podríamos tener en mi división. Prácticamente, todo el poliéster y materiales sintéticos que usamos ya se recicla. Estoy intentando certificar y tener más trazabilidad sobre estas fibras para asegurar su mejor gestión. La siguiente fase es cómo podemos incluir algodones reciclados en nuestras prendas".

Richard Gum. Cedida
Confirma que los tejidos más difíciles de reciclar son los que tienen esta mezcla de diferentes fibras. "Todavía no hay tantos procesos que lo hacen fácilmente. Por ejemplo, un mix de algodón y poliéster o de viscosa con poliéster, son más difíciles de reciclar. El algodón reciclado tiene una limitación en cuanto a su uso. No es tan resistente, las fibras son más cortas, no se adapta a todas las prendas".
Los avances en el ámbito sostenible ya son notables para el experto: "Hemos trabajado mucho en reducir todo en los plásticos en el packaging de las prendas. También hemos ido analizando algunos de los procesos, como el lavado de los tejanos, para ver cómo podíamos limitar el uso de agua y químicos. Hemos revisado los de acabados de tejidos, como las camisas. Tenemos que tener un tratamiento fácil. Es ir producto a producto, proceso a proceso y ver si hay soluciones mejores de las que hemos utilizado en el pasado y cómo podemos implementarlas, además de analizar el impacto en los costes y en los tiempos de producción".
Su trabajo no sería posible sin la colaboración de otros departamentos. El suyo se apoya en el corporativo de sourcing, dedicado a estudiar las fuentes de suministro, vigilando todos los temas de transportes y la legislación. Son socios en todas las iniciativas para hacer productos más sostenibles, al igual que el departamento de marketing y de compliance, para asegurarse de que están cumpliendo.
"Es una especie de ecosistema alrededor del producto. Trabajamos con nuestro personal de tiendas para que estén informados de nuestras iniciativas. También nos interesa el feedback de los clientes", detalla el experto.
Reto de producción
Uno de los grandes desafíos empresariales es conseguir encontrar el equilibrio entre producción y sostenibilidad. "La incorporación de esta cultura sostenible ha sido compleja. Hemos partido del tejado y no hemos puesto bien las bases, entonces ha sido y sigue siendo muy difícil. Es una transformación que requiere muchísima inversión y pensamiento a largo plazo. La clave está en pensar más en esos proyectos más pausados para conseguir el bienestar, la prosperidad y la viabilidad", aclara María Tamames.
"No sabes si lo vas a poder pagar hasta que empiezas a preguntar, investigar y compaginar con otras cosas", aclara Richard Gum sobre este equilibrio. "Hemos hecho bastantes avances manteniendo nuestra estructura de costes y en algunos casos, hemos tenido que pagar más para conseguir lo que queremos, pero lo balanceamos con otras cosas. Es simplemente en el día a día meter la sostenibilidad como un criterio más. El estilo, la durabilidad de las prendas, que es superimportante para el consumidor… lo tenemos todo en cuenta cuando diseñamos y compramos la colección".

"Hemos trabajado mucho en reducir todo en los plásticos del 'packaging' de las prendas", comenta el experto. Cedida
La tecnología es clave para activar este cambio de sistema, "porque ahora mismo están creciendo el número de materiales y tecnologías disponibles. Es una oportunidad para tratar de integrar todo y que la era digital que estamos viviendo conduzca hacia una mejora".
"Es también un momento tecnológico de reto, porque lo que se está viviendo son muchos problemas de implementación de esas tecnologías. Tienes que encontrar como la combinación perfecta, que esté alineado con tus propios sistemas y tus procedimientos internos. Existen y te puedes acoger a ellos, pero también es difícil el ver cuáles van a servir para conducirte a ese cambio", según la experta.
El director de compra recuerda que muchas tecnologías ya están propiciando el cambio sostenible: "Analizamos cómo usar menos agua para lavar los tejanos. Hay avances en el tipo de máquinas. También hay soluciones 'caseras'. Por ejemplo, uno de nuestros proveedores de denim buscaba una manera de recortar la energía que estaba utilizando en secar las prendas después de lavarlas. Al final, las han sacado del lavado y colgado para que sequen al aire durante media hora antes de meterlas en los secadores industriales, recortando al menos la mitad del tiempo".
De cara al público
La concienciación del público es clave en este sentido: "Como cada vez estamos menos reconectados con la naturaleza, tenemos esa fiebre constante dentro de estas sociedades, nos impide el poder repensar cómo consumimos o vivimos. Es difícil llegar a un cambio significativo cuando nos dicen que tenemos que consumir de otra manera… nos encontramos en unos circuitos que te abocan a la transformación. Esos cambios y esas transformaciones requieren un esfuerzo", concluye la experta.
Para Richard Gum, se trata de una labor de "enseñanza primero, ofrecer alternativas que pueden ser mejores y darles valor. Al mismo tiempo, no creo que podemos pensar que los clientes van a pagar más por productos de menor calidad, aunque sean más sostenibles. Cuando hablamos de sostenibilidad con ellos, hay muchas versiones de lo que consideran que es". El experto concluye, a modo de reflexión: "Al final, la prenda más sostenible es la que está más tiempo en el armario".