Alicia Padilla, neumóloga del Clínico de Málaga, y un paciente con asma.

Alicia Padilla, neumóloga del Clínico de Málaga, y un paciente con asma.

Salud

Alicia Padilla, neumóloga del Clínico de Málaga: "Los pacientes con asma pueden morir de un broncoespasmo"

Los sanitarios que tratan esta enfermedad inciden en que es fundamental que todos aquellos que la padezcan tengan acceso al tratamiento para garantizar y mejorar su calidad de vida.

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El asma es la enfermedad respiratoria crónica más prevalente en Andalucía. Miles de personas son diagnosticadas al año de esta enfermedad que no entiende de edades y que debe tratarse a tiempo porque, de lo contrario, podría costarle la vida a los afectados.

Diagnosticar asma a un paciente no es fácil. Se puede presentar en cualquier persona de cualquier edad y los síntomas que siempre presentan son falta de aire, tos, dolor en el pecho y pitido en el pecho porque es una enfermedad inflamatoria que hace que “el bronquio se cierre” y de ahí la falta de aire. Por ello, es fundamental su tratamiento.

Ese tratamiento está basado en los inhaladores, pero hay muchos que al no estar diagnosticados acuden a urgencias donde toman corticoides orales. En este sentido, Alicia Padilla, responsable de la Unidad de Asma del Hospital Universitario Virgen de la Victoria, asegura que aquellos pacientes que no siguen el tratamiento o no están diagnosticados "pueden morir de un broncoespasmo si no están bien tratados". Además, remarca que dicho tratamiento no debe ser un corticoide oral, sino un inhalador.

Por ello, incide en que la clave está en diagnosticar a los pacientes, aunque es una tarea pendiente, puesto que uno de cada dos pacientes con asma no sabe que padece la enfermedad. “El 50% de los pacientes con asma no están controlados, pese a los grandes tratamientos en asma como inhaladores o tratamientos biológicos”, expone la profesional.

A estos pacientes no diagnosticados también se les suma aquellos diagnosticados que tienen prescritos sus inhaladores y que no se los toman porque “piensan que están bien”. Padilla hace hincapié en que toda la población debe ser consciente de que la prevención es “fundamental” y seguir siempre las recomendaciones del médico porque un paciente con asma detectado que no se está tomando el tratamiento puede desencadenar una crisis y tener graves consecuencias.

El no tomar el tratamiento y la mala calidad de vida de estos pacientes desemboca en “un aumento de síntomas, donde los pacientes van más a urgencias, ingresan más, toman más corticoides orales y tienen una mayor mortalidad”, explica la experta, que añade que sobre la mortalidad del asma se habla poco, pero “los pacientes con asma pueden morir por una crisis de broncoespasmo si no están bien tratados”.

El hecho de diagnosticar a un paciente con asma, según la experta, beneficia no solo a los pacientes sino también a la sanidad pública, ya que dejan de ir a urgencias. “Tener un paciente de asma controlado impacta en la salud pública porque dejan de gastar dinero y en la calidad de vida del paciente”.