
Vistas del pueblo de Salares, en la provincia de Málaga.
Salares, un rincón secreto que guarda uno de los mejores tesoros de la Axarquía malagueña
Con menos de 200 habitantes, conserva intacto el legado andalusí en sus calles empedradas y su arquitectura única. Está rodeado de naturaleza virgen y tiene un patrimonio histórico de gran valor.
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Con apenas 198 habitantes, Salares es uno de los pueblos más pequeños de la provincia de Málaga. Sin embargo, su tamaño contrasta con la enorme belleza y riqueza histórica que atesora.
Se encuentra situado en la comarca de la Axarquía, entre sierras y viñedos. Es un pueblo marcado por el color blanco, una tonalidad que conserva la esencia de su pasado andalusí.
Se ha convertido en uno de los destinos rurales más auténticos y mejor conservados de Andalucía.
Salares forma parte de la conocida Ruta Mudéjar de la Axarquía, una serie de localidades que mantienen viva la huella morisca en sus calles empedradas y laberínticas, ideales para recorrer sin prisas y sin mapa.
Aquí, no hay ruido de tráfico. Lo más que se oyen son las voces de sus pocos vecinos y el canto de los pájaros.
El patrimonio histórico de Salares destaca especialmente en la Iglesia de Santa Ana, construida sobre una antigua mezquita.
Junto al templo se conserva un alminar original del siglo XIII, uno de los mejor preservados de la época almohade en Andalucía, declarado Bien de Interés Cultural. Este monumento es un testimonio vivo de la convivencia histórica entre culturas que caracteriza a esta zona rural de Málaga.
Salares es una puerta de entrada al Parque Natural de las Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama.
Desde el pueblo parten senderos que recorren ríos, puentes medievales y bosques de encinas y pinos, con rutas recomendadas como la que une Salares con Sedella a través del Puente Árabe, la subida al Cerro Lucero con vistas panorámicas a la costa, y tramos del GR-242, ideales para amantes del senderismo y la naturaleza.
La gastronomía es otra seña de identidad. Cuenta con bares y ventas donde se pueden degustar platos tradicionales, como potajes, embutidos caseros y carne de monte, acompañados de vino de la tierra.
Y todo ello con precios muy asequibles, lo que permite disfrutar de una experiencia culinaria auténtica y familiar.
Todos estos ingredientes hacen de Salares un pueblo con un encanto enorme, donde la historia, la naturaleza y la tranquilidad se combinan para ofrecer un destino rural diferente, auténtico y alejado de las masificaciones. Un rincón de la Axarquía que merece ser descubierto.