
Una cámara Gesell de los juzgados de plaza de Castilla, Madrid.
El padre Marcelino, a las niñas a las que agredió sexualmente: "Si se lo cuentas a alguien, tus padres se van a morir"
EL ESPAÑOL accede a las declaraciones ante la juez de las menores víctimas del excapellán del colegio Highlands El Encinar.
Más información: Dos niñas del colegio de La Moraleja ratifican ante la jueza los abusos de Marcelino: "Han sido declaraciones duras"
"Si se lo cuentas a alguien, tus padres se van a morir". Esas fueron las palabras con las que Marcelino de Andrés, antiguo capellán del colegio Highlands El Encinar de La Moraleja de los Legionarios de Cristo, amenazó a las niñas del centro sobre las que cometió las presuntas agresiones sexuales por las que se encuentra investigado en los Juzgados de Plaza de Castilla.
Según relatan diversas fuentes judiciales a EL ESPAÑOL, las dos niñas de 6 y 7 años han ratificado este lunes ante la jueza los episodios de abusos del sacerdote que relataron ante los investigadores de la UFAM de la Policía Nacional. Tras ellas, también lo han manifestado los progenitores de las dos menores ante la titular del juzgado de Instrucción n.º 7 de Madrid.
Una de las niñas ha pronunciado de viva voz esa frase ante la magistrada, poniéndola en boca del sacerdote como una suerte de advertencia a las niñas para que no le delataran.
La otra menor, recalcan las fuentes consultadas, ha asentido a que también escuchó esa frase de boca del religioso investigado cuando se lo ha preguntado la jueza.
Las mismas fuentes recalcan que las niñas han señalado en el interrogatorio que el cura les advertía una y otra vez "que no podían contar nada a nadie". El padre Marcelino les lanzaba ese aviso "cuando empezaban los abusos y las agresiones, antes de que ocurriesen".
En una ocasión, han descrito las niñas, una de ellas le espetó al cura que se había chivado a las profesoras. Él le respondió que nadie nunca las creería.
Las víctimas no solo se han mantenido en su testimonio ante la jueza, sino que han ampliado la descripción de los abusos que tenían lugar en el recinto escolar. Las niñas han manifestado que el sacerdote las colocaba en círculo, una siempre en el centro y las demás alrededor. Entonces "el cura venía por detrás y las tocaba por detrás".
Cabe recordar que, de todos los casos de agresión denunciados, cinco de ellos están judicializados, por lo que es probable que la UFAM de la Policía Nacional, que lleva el caso, tenga que redactar nuevas diligencias. De hecho, una octava niña de primaria relató el pasado viernes 30 de mayo haber sufrido agresiones por parte del excapellán.
Lo contó durante los talleres Escudo de Dignidad que el colegio inició el pasado 22 de mayo. Se trata de una serie de clases sobre sexualidad y abuso infantil que se están impartiendo en horario lectivo que no han gustado a muchos padres del centro.
Por el momento, la titular del Juzgado de Instrucción número 7 de Madrid investiga seis agresiones sexuales cometidas presuntamente por el capellán de la escuela, Marcelino de Andrés, quien fue detenido el pasado 6 de marzo tras la denuncia de una familia a la que luego se han sumado otras familias.
Cámara Gesell
Su letrado, Juan Ignacio Fuster-Fabra, que dirige un bufete con amplio bagaje en derecho penal y experiencia en casos recientes como el de Tsunami Democràtic, ha remarcado a la salida del juzgado que las menores declararon dentro de una cámara Gesell "perfectamente habilitada, confortable" y en la que "se han sentido seguras" para declarar en presencia "de un psicólogo".
En la actualidad, cuentan con este dispositivo los Alcalá de Henares, Alcobendas, Colmenar Viejo, Fuenlabrada, Getafe, Leganés, Móstoles, Navalcarnero, Parla, San Lorenzo de El Escorial, Torrejón de Ardoz, Torrelaguna y Valdemoro. Este habitáculo sirve para preservar la intimidad de las víctimas en esta clase de procedimientos.
Fuster-Fabra también indicó que las declaraciones de las menores fueron "largas y duras": "Se han hecho muchas preguntas y se han contestado todas, ha sido un relato muy claro y muy directo sobre lo que han vivido y lo que han sufrido".
Por otro lado, los padres de las víctimas también remarcaron "sus miedos" y sus "preocupaciones" sobre qué va a suceder en el caso. Sobre si las menores tienen secuelas de algún tipo, Fuster-Fabra manifestó que es algo que "se tendrá que determinar" teniendo en cuenta "la gravedad de los hechos".
"Aún se está recabando desde la UFAM mucha información y no se descarta que pudiera haber más casos, ya que han salido dos nuevos la semana pasada", apuntó.
Durante su declaración ante la jueza de instrucción, el capellán se declaró "perplejo" y "en shock" tras conocer las denuncias de agresión sexual, y aludió como motivo a su pasado como secretario de Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo y pederasta múltiple.
La magistrada calificó los hechos de "muy graves" y decretó la prohibición de acercarse a menos de 500 metros de las menores denunciantes, así como del centro educativo; la prohibición de comunicarse con ellas por cualquier medio; la entrega del pasaporte y prohibición de salir de España y la prohibición de cualquier actividad que implique contacto regular y directo con menores de edad.
En un primer informe policial, las denunciantes describían que el sacerdote realizaba tocamientos directos en la vagina y les hacía bajar los pantalones parcialmente y la ropa interior a las menores o, de lo contrario, él lo hacía "con cierta agresividad".
Según figura en otro documento policial, y confirman desde los Legionarios de Cristo, algunos padres de alumnos del centro educativo transmitieron a la dirección su "inquietud" por el hecho de que el sacerdote estuviera en contacto con menores tras su relación con Marcial Maciel a lo que la subdirectora respondió que en el colegio "asumían el riesgo de que pudiera pasar algo".
Investigación policial
Las familias de las presuntas víctimas del padre Marcelino pidieron a la jueza que ampliase al colegio, al director del centro y a dos profesoras por su responsabilidad y conocimiento de los hechos. También solicitaron a la magistrada que citase a declarar al exdirector del colegio en calidad de investigado.
Este, el también sacerdote Jesús María Delgado, dimitió hace semanas de su cargo tras las revelaciones de EL ESPAÑOL sobre la investigación de la Policía Nacional.
En ella, se incluían los testimonios de casi una decena de progenitores que señalaban a los agentes a cargo del caso cómo en innumerables ocasiones se habían dirigido al colegio para expresar su incomodidad con que ese párroco estuviera a cargo de sus hijas, sabiendo lo que se sabía de su pasado como secretario personal del fundador de los Legionarios de Cristo, el pederasta múltiple Marcial Maciel (más de 60 víctimas a sus espaldas).
Del mismo modo, la defensa de las víctimas solicitaron a la magistrada que citase en calidad de investigadas a dos de las profesoras del centro. Tal y como reveló este periódico, las niñas les contaron a mediados de febrero a dos maestras del colegio las situaciones que habían vivido en los últimos meses con el párroco.
Luego las víctimas relataron a sus padres que las profesoras les dijeron que en sus zonas íntimas no las podían tocar y que no podían estar solas.
El cura no sería detenido hasta varias semanas después, y los agentes de la UFAM supieron de este hecho por los padres, y no por el colegio, desde donde no se hizo gestión alguna para ponerse en contacto en primer lugar con las autoridades.
A juicio de la representación letrada de las víctimas, resulta necesario "depurar responsabilidad penal frente a personas e instituciones que no fueron diligentes en sus funciones, e incluso que conocían los hechos y no dieron la alerta sobre ellos".
Además, los fotogramas extraídos por los agentes de la UFAM de las grabaciones de las cámaras de seguridad del colegio, publicados por EL ESPAÑOL, acreditan cómo el investigado, el padre Marcelino, llevaba a las niñas al lugar en el que ellas describieron que eran víctimas de las presuntas agresiones sexuales que cometía el religioso.