
Imagen de la operación 'Pox'.
Una granja clandestina de un pueblo de Toledo vendía carne ilegal a diez restaurantes asiáticos de Madrid
Los animales eran sacrificados en condiciones insalubres y sin supervisión veterinaria.
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La Guardia Civil ha desmantelado una red criminal dedicada a la comercialización de carne de ganado ovino y caprino sacrificada de forma ilegal. El epicentro de la trama estaba en una explotación ganadera clandestina de Navahermosa (Toledo).
Desde esta granja se distribuía carne mediante venta directa por internet a al menos diez restaurantes de comida asiática de Usera y Fuenlabrada (Madrid), cuatro de ellos han sido cerrados cautelarmente.
La operación, bautizada como 'Pox', se ha saldado con cinco detenidos y 12 investigados por delitos contra la salud pública, maltrato animal, falsedad documental, pertenencia a grupo criminal y blanqueo de capitales.
Operación 'Pox'
El caso, dirigido por el SEPRONA con apoyo del Ministerio de Agricultura, comenzó tras detectarse casos persistentes de viruela ovina-caprina tras el brote de 2022. Las investigaciones permitieron descubrir una red activa desde junio de 2023 que operaba en las provincias de Toledo, Madrid y Ávila.
El cabecilla gestionaba una granja sin registrar en Navahermosa donde recogía animales de explotaciones legales e ilegales, trasladándolos sin control sanitario.

Operación 'Pox'.
Parte del ganado acababa en un matadero autorizado en Ávila, donde se mezclaba la carne legal con la ilegal. Otra parte era enviada a una explotación en San Fernando de Henares (Madrid), que funcionaba como matadero clandestino, donde los animales eran sacrificados en condiciones insalubres y sin supervisión veterinaria.
La carne también se ofrecía en plataformas de reparto a domicilio y era vendida directamente a particulares, sin trazabilidad ni controles sanitarios.
Enfermedades, malformaciones, malas condiciones...
Durante la operación se realizaron siete registros en domicilios y granjas. Se intervinieron 10.000 euros en efectivo, crotales, medicamentos, instrumental de sacrificio y numerosa documentación. Más de 350 animales fueron sacrificados por encontrarse en condiciones extremas de inanición, enfermedad o malformaciones.
El comandante Juan Carlos Martínez, de la Unidad Central Operativa de Medio Ambiente (UCOMA), ha alertado de que la red operaba con una jerarquía bien definida, lo que les permitía eludir controles y multiplicar beneficios: compraban cada cabeza de ganado a unos 40 euros y la revendían por entre 90 y 100. Además, utilizaban facturación falsa y pagos en 'B' para blanquear dinero.
"Este tipo de prácticas contravienen las medidas de cuarentena y provocan pérdidas millonarias al sector ganadero, además de suponer un grave peligro para los consumidores", ha advertido Martínez. Las investigaciones siguen abiertas y no se descartan nuevas detenciones.