Rosa Morató y Rosa Server, en las colmenas.

Rosa Morató y Rosa Server, en las colmenas.

Economía AGRICULTURA

Rosa, 27 años y agricultora: "Nos quedamos en el campo para salvar el oficio de nuestros abuelos"

Junto a su madre y a su hermano denuncian desde Alicante la falta de jóvenes en el sector primario y las dificultades para competir con importadores extranjeros.

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En un mundo en el que la mayoría de las grandes ofertas laborales se centran cada vez más en los empleos digitales ligados a las nuevas tecnologías, muchos jóvenes deciden emigrar del campo a la ciudad en busca de un trabajo bien remunerado.

Una realidad que desemboca en la falta de relevo generacional en los sectores más ligados al campo y a los pueblos pequeños, como la agricultura y la apicultura.

Al estar ya en edad de estudiar una carrera universitaria, Rosa Server y su hermano decidieron cambiar el rumbo de su vida hace unos años y dejar sus estudios iniciales para retomar el negocio familiar.

Ahora ambos hermanos, junto a su madre Rosa Morató, siguen a la cabeza de Meleca, una empresa de apicultura que está al mando de varias colmenas en toda España.

Asentados en el pequeño pueblo de Adsúbia, en la Marina Alta, se autodefinen como un negocio familiar muy arraigado en la tradición, con más de tres generaciones dedicadas apasionadamente a las abejas y al campo.

"Llevamos muchos años en este sector. Antes lo llevaba mi marido, hasta que se requirió más mano de obra y tuve que meterme a trabajar también en las colmenas", recuerda Rosa Morató en una conversación con este periódico.

"Poco a poco, la gente se fue yendo y necesitábamos más manos de obra, temiendo que nuestro negocio no pudiera salir a flote", prosigue.

Rosa Server, su hija, tiene actualmente 27 años, y no se arrepiente de haber tomado una de las decisiones que más cambiaría su vida.

"Cuando mi hermano y yo íbamos a ir a la universidad para estudiar marketing y mecánica, la empresa familiar se encontraba con dificultades y al final decidimos quedarnos para aprender el oficio de nuestros antepasados", confiesa.

Una vocación con baches

Si bien Server no se arrepiente de su decisión, coincide con su madre en las "tremendas dificultades" que tienen que atravesar para subsistir.

"El sector primario se está muriendo, ya no podemos competir con los precios de los productos importados de otros países", lamenta.

Junto con su hermano, llevaban desde pequeños ayudando en las colmenas y en los cultivos de aceitunas y aguacates durante sus horas libres después del cole.

El abuelo les enseñó

"Nos daba muchísima pena que esto se pudiera morir por falta de relevo generacional y le pedimos a nuestro abuelo que nos enseñase el oficio", confiesa.

Si bien el relevo generacional quedaba resuelto con la llegada de Rosa y su hermano, otros problemas no tardaron en llegar, como enfrentarse a un nuevo modelo de negocio.

"Antes solo teníamos que vender nuestra miel a las fábricas, en la actualidad, somos nosotros mismos los que tenemos que defender nuestro producto", asegura Rosa Morató.

Nuevas formas de vender

Un cambio de modelo que les empujó a pensar otras formas de venderse, como la realización de excursiones con colegios locales y jornadas de puertas abiertas para que cualquier curioso pueda conocer los cultivos de la familia.

La empresa, que cuenta con más de dos mil colmenas repartidas por toda España, también enfrenta otro tipo de problemas, como la burocracia:

"Nos exigen una serie de papeles, permisos y controles que no exigen a la mayoría de los importadores de otros países, lo que hace que tengamos que competir con un producto de menor calidad que el nuestro, pero más barato", denuncian madre e hija.

Falta apoyo

A nivel político, las apicultoras consideran que "se podría hacer mucho más":

"Existen ayudas, pero por un lado, son difíciles de acceder y, segundo, hace falta que se promocione el sector primario, no que se subvencione solo mediante ayudas", se sinceran.

A lo largo de la historia, muchos han sido los episodios en los que, cuando la tecnología se cae o cuando las comunicaciones que permiten el comercio global se paralizan, el sector primario se presenta como única opción para subsistir.

Uno de esos episodios fue la pandemia de la covid: "Nosotros no notamos el confinamiento, seguimos trabajando para alimentar a toda España", recuerda Rosa Morató.

Otra traba que impide ver el futuro con demasiada claridad es el cambio climático.

"Nos tenemos que adaptar constantemente y nos da miedo lo que pueda pasar en unos años, aquí se están abandonando muchos campos", lamentan.

Sin jóvenes

Ambas mujeres participaron en la jornada de 'Asaja Mujeres: Herederas del campo', en la que compartieron su experiencia como mujeres apicultoras.

Un evento tras el cual se mostraron "muy agradecidas", pero cuya ausencia se hizo particularmente notar: la de jóvenes agricultores.

"Somos muy pocos los de nuestra generación los que se dedican al campo y esto nos preocupa", sentencia Rosa Server.