
El diseñador Johannes Torpe posa para EL ESPAÑOL en una azotea de Madrid.
Johannes Torpe, el rey danés de la noche que triunfa con su estudio de diseño "humanista": "El mundo necesita empatía"
El diseñador reivindica el corazón en la arquitectura y en todos los proyectos que llevan a cabo en su firma.
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Johannes Torpe (Dinamarca, 1973) define el estudio que dirige como "multidisciplinario", y asegura que en él trabajan una "colección de filósofos, pensadores, creativos, diseñadores industriales, de interiores y de marca, además de arquitectos y todas las disciplinas que uno se pueda imaginar". Su proyecto homónimo conjuga "muchos perfiles diferentes que tienen algo en común: les gusta que su trabajo tenga un enfoque filosófico e interdisciplinar".
Sus más de tres décadas de trabajo duro le han llevado a recibir, este mismo 2025, el Premio a la Innovación en el Diseño y la Arquitectura de Mindway. Pero ese es el último de una decena de reconocimientos que sus proyectos han ido consiguiendo con el paso de los años. Entre ellos se encuentran el galardón al Diseño de Mobiliario SIT, el FRAME o el de diseño danés.
Su visión, asegura, es uno de los motivos por los que la gente decide trabajar con él, aunque añade: "También porque solemos poner a la gente en situaciones incómodas". Y se sirve como ejemplo de un proyecto "gigante" en el que su estudio se encargó de diseñar los nuevos ferrocarriles de alta velocidad de Dinamarca.
"Puse a un arquitecto japonés a cargo del diseño del tren, que de primeras dijo que no podía encargarse de ello, porque lo suyo era la arquitectura. Mi respuesta fue que pensase en el tren como una casa sobre ruedas. Porque un diseñador de ferrocarriles diseñará un tren, pero si eres arquitecto, diseñarás un espacio para que las personas disfruten", explica.
Porque lo suyo, dice Torpe, es diseñar con un "enfoque muy humanista". Tal vez sea ese el motivo por el que le han llamado en más de una ocasión diseñador "poco convencional".
Aunque para él el quid de la cuestión está en sus estudios —o en la falta de los mismos—: "No tengo educación formal ni académica, empecé a trabajar a una edad muy temprana y monté mi primera empresa a los 15 años".
Dedicado al diseño de iluminación, sus primeros pasos por el emprendimiento fueron muy "exitosos". Tanto que a los 19 años ya había vendido su empresa y obtenido su "primer millón", que reinvirtió "en la compra de ordenadores".

Torpe posa para ENCLAVE ODS.
De esa manera, confiesa, se adentró en el mundo del diseño gráfico y de marca. "Luego compré el 25% de un conglomerado de clubes nocturnos que tenían muchos problemas y lo convertí en un gran éxito". Fue en ese momento cuando hizo, admite, sus "pinitos en el diseño de interiores".
De la noche al diseño
Su trayectoria tiene mucho de "ir aprendiendo según se va haciendo", indica. Y añade: "En cierto momento, vendí los clubes nocturnos y me vi con mucho dinero de repente, así que volví a centrarme en el diseño".
No sin antes, recuerda, sumergirse en el mundo de la música, su gran pasión desde pequeño. "Empecé cuando era muy joven a tocar la batería y muchos instrumentos", cuenta. A principios de los 2000 saltó a la fama —danesa y mundial— con el dúo Enur, que montó con su medio hermano: "Tuvimos mucho éxito; hemos vendido millones y millones de discos. Y de hecho, he estado en Ibiza tocando varias veces al año durante tres décadas".

Johannes Torpe durante la entrevista.
Hasta los 40, el danés vivía, casi, en la carretera: siempre de conciertos, siempre "pinchando hasta las siete de la mañana". Pero decidió dejar ese tipo de vida en aras de, como dice, "la creatividad".
"Realmente disfruto mucho más ahora porque la vida nocturna no te permite tener buena salud. Además, me gusta ayudar a las personas con problemas y resolver cosas. No creo que puedas combinar estar pinchando en una discoteca toda la noche con ir a las nueve de la mañana a una reunión con personas que necesitan ayuda para resolver sus problemas".
Cuestión de personas
Más allá de su propia historia, el empresario danés asegura que lo que hace que Johannes Torpe Studios sea "poco convencional" son "las personas" que trabajan con él. Y es que, indica, "todas tienen un nivel de empatía muy fuerte". Algo que para él es "lo más importante".
Torpe cita, además, a Elon Musk y su "el problema del mundo es que hay demasiada empatía" para llevarle la contraria: "¿Cómo puede haber demasiada? La empatía es lo que hace que los seres humanos creen, conecten y hagan cosas. El mundo necesita más, mucha más, y esa es la manera en que trabajamos aquí: usamos la intuición y la empatía, entre empleados y clientes".

Torpe durante la entrevista.
El "amor y el respeto por las personas y los encargos" los distinguen del resto. "Tratamos los proyectos como si fuesen propios". Algo que, reconoce, "no siempre ocurre en el mundo de los negocios, que suele ser mucho más transaccional".
El camino verde
Torpe destaca que la sostenibilidad se encuentra en el corazón mismo de sus proyectos. Y eso que, como dice, cuando empezó, "la gente ni hablaba de ello; ni siquiera estaba en la agenda". Como mucho, recuerda, "se hablaba algo de la reutilización, pero no estaba extendida como concepto".
Sin embargo, su lógica sostenible viene de su paso —de cinco años— por la marca danesa Bang & Olufsen (B&O), especializada en equipos de audio y vídeo de lujo. "Allí empecé a entender de qué se trata la verdadera sostenibilidad", asegura.

Torpe durante la conversación con ENCLAVE ODS.
Y lo ejemplifica: "El portátil que tengo delante probablemente dure unos cinco años y cuando se quede obsoleto, se desechará sin más. Eso no es sostenible. ¿Cómo conseguimos que lo sea? Fabricándolo con materiales que sí lo sean, que puedan reutilizarse, como el aluminio o el vidrio. Es decir, materias primas que puedes recomponer o puedes volver a fundir".
Eso, asegura, lo aprendió en B&O, quienes fabrican en aluminio, "un material reciclable en un 99,9%, lo cual es algo superpoderoso". Pero, además, remarca la necesidad de "crear productos que funcionen". Como su radio de 1950 que sigue en perfecto estado. "Eso es lo que es la verdadera sostenibilidad".
De ahí que su mayor crítica vaya a las industrias de diseño de interiores, mobiliario y de arquitectura. Las dos primeras, dice, "tratan los muebles como si fueran algo de temporada: compras un sofá grande y dos años después deja de gustarte el color y lo cambias".
"Eso no es sostenible", repite; y añade: "Ya solo el transporte, desperdicio de material, etc., es simplemente ridículo". Además, recuerda que "la mayor parte de los productos acaban en el vertedero". Por eso, concluye, "como diseñadores, tenemos el compromiso de diseñar de forma sostenible, y lo mismo ocurre con la arquitectura: hay que construir con el propósito de que dure mucho tiempo".