
Pier Vittorio Tondelli.
'Habitaciones separadas', de Vittorio Tondelli: la novela sobre el VIH que marcó a toda una generación
El libro del autor italiano, que será adaptado al cine por Luca Guadagnino, se ambienta en una Italia que busca reconstruirse tras los años de plomo.
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Pier Vittorio Tondelli (Correggio, Reggio Emilia, 1955-1991) vuelve a ver la luz en España gracias a una próxima adaptación fílmica de Luca Guadagnino, apóstol urbi et orbi en nuestro siglo de cierta visión de la homosexualidad en el cine.

Habitaciones separadas
Pier Vittorio Tondelli
Traducción de Nuria Molinés. Lumen, 2025. 264 páginas. 20,90 €
De este modo, el lector podrá descubrir Habitaciones separadas, una obra fascinante de finales del siglo pasado sobre uno de sus grandes males: el VIH y su brutal impacto en la comunidad gay, despedazada por el menosprecio oficial y hundida al no saber cómo afrontar lo que entonces fue una terrorífica plaga.
Recomenzar de este modo con Tondelli (1955-1991) es como coger un cuerpo desmembrado sin juntar sus partes. El escritor italiano apenas vivió treinta y seis años.
Para comprender su trayectoria conviene pensar en cómo el contexto le obligaba a ofrecer una propuesta diferente al ingresar en la edad adulta cuando el ambiente se despolitizaba con enorme brusquedad tras los más que convulsos años de plomo.
Esto fue perceptible desde su polémico debut, Altri libertini (1980), una compilación de relatos sin tapujos de ninguna clase.
La perdición, la heroína y la falta de rumbo de la generación posterior al 68 se exhiben con tanta dura precisión que muchos no quisieron darle voz, y lo mismo ocurrió sin el impacto del debut con sus novelas Pao Pao y Rímini.
Habitaciones separadas es una de las ficciones definitorias de su narrativa más allá de los habituales tópicos, tan útiles para banalizar a cualquier escritor malogrado. En 1989, año de su publicación, Tondelli, sabía tener marcado el destino al haber sido diagnosticado con el VIH.
En el libro, Leo y Thomas son dos jóvenes que mantienen una relación a distancia, dificultada por varios motivos, entre los que destacan los vaivenes laborales del primero, alter ego de Tondelli al ser un escritor de éxito que viaja en bucle, y la enfermedad del segundo, un músico bávaro urgido de amor y compañía para sobrellevar el fatídico trago.
La alienación que provoca el mal y el drama de ser unos apestados a medias se resuelve con mucha inteligencia a nivel estructural y en la toma de decisiones del autor en torno a estas Habitaciones separadas.
El narrador en tercera persona aporta frialdad, evitándose lo lacrimógeno de la confesión directa, y es esencial para distribuir mejor los compartimentos de la ficción, una mezcla de retales que pueden ser escritos privados, cartas, documentos y los encuentros de los dos amantes por el Viejo Mundo, otro símbolo más de su carencia de un centro de gravedad permanente.
La alienación que provoca el mal, y el drama de ser unos apestados, se resuelve con mucha inteligencia
Su errar entronca con las de todo un colectivo desorientado, más si cabe por una convención rota por Tondelli, de la de contar una realidad prohibida a finales de ese decenio, cuando otras celebridades optaban por callar o emitir un comunicado justo antes de su último suspiro.
Habitaciones separadas debe leerse desde estas perspectivas y una final. A veces parece que los clásicos modernos se recuperan por cierto oportunismo del mercado.
Por favor, no hagan lo mismo con Pier Vittorio Tondelli, cuya obra debería comprenderse en su totalidad, no desde una bala decisiva que, en su soledad, corre el riesgo de resultar anecdótica y, por lo tanto, olvidable cuando arribe el siguiente turno de novedades.