
La exconsellera Salomé Pradas, en los juzgados. Rober Solsona / Europa Press
La Fiscalía pide unificar las acusaciones populares en la causa de la dana y que las encabece Podemos
El Ministerio Público se muestra más flexible con las acusaciones particulares y pide que se agrupen y elijan a cinco representantes salvo que tengan intereses contrapuestos e irreconciliables.
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La Fiscalía ha pedido la unificación de las acusaciones populares en la causa de la dana. Según su criterio, éstas deberían estar encabezadas por Podemos debido a que fueron los primeros en constituirse como parte tras pagar la fianza.
El Ministerio Público aboga, asimismo, por que las acusaciones particulares también se agrupen, si bien con mayor flexibilidad "atendiendo a la naturaleza de la causa y la gravedad de los hechos".
De este modo, ha solicitado que se les requiera para que, de forma voluntaria, elijan a sus representantes, que no deberían exceder de cinco. Salvo, añade, que se acrediten intereses contrapuestos e irreconciliables.
La Fiscalía se ha pronunciado así después de la petición de unificación por parte de los abogados de los investigados: la exconsellera de Interior Salomé Pradas y el que fuera su número dos, Emilio Argüeso.
En sus respectivos escritos argumentaron que sería necesario para contribuir "a la razonable ordenación y continuación del proceso".
En este momento figuran hasta 14 acusaciones populares -a la espera de que puedan seguir sumándose otras- y 21 particulares.
La Fiscalía explica que cuando existen varias de estas acusaciones puede haber más facilidad en la convergencia de intereses.
Sin embargo, añade, "no debe olvidarse que el desequilibrio entre el número de partes acusadoras y el número de acusados puede vulnerar el principio de igualdad de armas".
Dilaciones indebidas
Esto es debido, argumenta, a que "la actividad desplegada por las primeras puede desbordar la capacidad de respuesta de las defensas". Es decir, dice, debe "atajarse la hipertrofia acusadora".
Tras recordar que la personación de partidos políticos suscita una "justificada desconfianza", comenta que hay "varios intereses en conflicto".
Por ejemplo, cita "el derecho a un proceso sin dilaciones indebidas". Dilaciones que, opina, se han producido ya debido a los numerosos recursos a las decisiones de la jueza.
También menciona las declaraciones en sede judicial de investigados y testigos, que se extienden durante horas por preguntas "impertinentes, inútiles o repetitivas" que la magistrada tuvo que declarar improcedentes.
"El hecho de que dichas acusaciones sean de naturaleza diversa no impide la unificación por cuanto todas ellas persiguen, sin duda, un único y mismo objetivo: la verdad material", expone.