
Chimeneas de Pickman. Sevilla
La cápsula del tiempo secreta de Sevilla que no conocías: tiene 33 años y se encuentra a la vista de todos
Esta cripta guarda objetos tan preciados como un manuscrito en el que se desarrolla el nacimiento de Curro, la mítica mascota de la Expo 92.
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A las puertas del Monasterio de la Cartuja de Sevilla se encuentra una de las curiosidades más interesantes y menos conocidas que guarda con recelo la ciudad. Se dice que la mejor forma de esconder algo es delante de todo el mundo, pues bien, esta explanada guarda un secreto desde hace 33 años.
Aquel que quiera encontrar el mapa del tesoro debe ubicarse en la calle Camino de los Descubrimientos, pero no en la carretera, sino justo en el llano que hay justo antes de llegar al recinto que guarda el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo.
En ese punto, se debe mirar a izquierda y a derecha. A la izquierda debe quedar, a lo lejos, Torre Pelli, y a la derecha, una de las chimeneas de Guillermo Pickman, tan características por su estructura y ubicación.
Según ha desvelado Ispavilia en su página oficial de Tiktok, justo en la línea que une estos dos elementos arquitectónicos sevillanos hay una cápsula del tiempo en forma de zanja.
El contexto de este secreto tan bien guardado se ubica en la Exposición Universal de 1992, más conocida como Expo 92, en la que se conmemoraron los 500 años del descubrimiento de América.
Así, el 11 de octubre de 1992, a las once de la mañana, se abrió la cápsula del tiempo de la Expo 92, un cofre diseñado para conservar el legado de aquel acontecimiento irrepetible, según afirman desde Ispavilia.
A lo largo de la jornada, los asistentes fueron introduciendo en su interior desde pertenencias personales hasta símbolos emblemáticos del evento. Finalmente, cuando el reloj marcó la medianoche y la Exposición Universal llegaba a su fin, la cápsula quedó cerrada de manera definitiva.
Memoria enterrada
Esta especie de cripta arqueológica guarda "la memoria enterrada de la Sevilla de 1992", según apuntan desde Ispavilia, y es que tal y como apunta esta empresa sevillana de divulgación cultural, fueron varias las personalidades históricas que depositaron en el interior de la zanja verdaderas piezas históricas.
Antonio Rodríguez Almodóvar, comisario del Pabellón de Andalucía, decidió aportar un toque literario a la cápsula incluyendo un cuento de su autoría, en el que recreaba el nacimiento legendario de Curro, la icónica mascota de la Expo, acompañado de Plateriyo, símbolo infantil de Andalucía.
Por su parte, Emilio Cassinello, Comisario General de Expo 92, optó por dejar un testimonio más institucional: una caja que contenía los 160 discursos oficiales que pronunció a lo largo del evento.
Sin embargo, esta cripta no ha permanecido cerrada durante 33 años, sino que en el año 2006, por iniciativa de la Asociación Sevilla Abierta, la cápsula fue destapada para añadir "nuevos objetos que reflejan la evolución de Sevilla desde entonces".
"Un auténtico cofre del tiempo, esperando a ser descubierto en el futuro". Así catalogan esta misteriosa zanja desde Ispavilia.
De esta manera, los objetos ahí depositados se encuentran sepultados con el objetivo de que, dentro de los siglos, los arqueólogos sevillanos del futuro desentierren esta cripta y puedan conocer todos esos objetos que se depositaron no solo en 1992, sino también en 2006.