
El primer ministro de Polonia, Donald Tusk, durante el recuento de las elecciones presidenciales de este domingo. Reuters
Tusk anuncia que se someterá a una cuestión de confianza tras la victoria en las elecciones presidenciales de Nawrocki
La elección del ultraconservador supone la continuidad de su antecesor Duda, lo que aiunta a un posible estancamiento de la agenda reformista del Gobierno.
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El primer ministro de Polonia, Donald Tusk, anunció este lunes que someterá a su Gobierno a una cuestión de confianza, tras la victoria del ultraconservador Karol Nawrocki ante su candidato, Rafal Trzaskowski, en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de este domingo.
Nawrocki se impuso con el 50,89% de los votos, frente al 49,11% de su rival, el liberal Rafal Trzaskowski, según el resultado publicado por la Comisión Nacional Electoral con el 100% de los votos escrutados.
En total, Nawrocki, apoyado por el principal partido de la oposición, el ultraconservador Ley y Justicia (PiS), ha logrado 10.606.682 votos, mientras que Trzaskowski, alcalde de Varsovia y respaldado por la coalición gubernamental del primer ministro Donald Tusk, logró 10.237.177.
"La primera prueba será una cuestión de confianza, que solicitaré pronto en el Parlamento", declaró Tusk el lunes en un discurso televisado.
"Quiero que todos vean, incluidos nuestros oponentes, tanto dentro como fuera del país, que estamos preparados para esta situación, que comprendemos la gravedad del momento, pero que no tenemos intención de dar un solo paso atrás", advirtió.
El desenlace de estos comicios tiene profundas implicaciones para el panorama político polaco, ya que una victoria de Trzaskowski, de 53 años, hubiera facilitado al Gobierno la implementación de su agenda reformista.
El alcalde de Varsovia había prometido impulsar reformas como la liberalización del aborto, las uniones civiles y revertir las reformas judiciales del PiS, además de buscar una relación más estrecha con Bruselas.
Por el contrario, la victoria de Nawrocki, es vista como la continuidad al frente de la Presidencia polaca de Duda, quien no ha dudado en vetar varias iniciativas de Tusk, por lo que los analistas creen que la gestión del Gobierno de Tusk seguirá siendo difícil, con un posible estancamiento de su agenda reformista.
Un panorama que ya adelantado el propio Tusk, quien reconoció la posibilidad de una "cohabitación difícil" con el nuevo presidente, después de que la cooperación con Duda estuviera marcada por desavenencias y bloqueos.
"Soy consciente de que puede ser más difícil de lo que muchos de ustedes pensaron cuando fueron a votar ayer, pero esto no cambia en lo más mínimo mi determinación y voluntad de actuar en defensa de todo aquello en lo que creemos juntos", subrayó.
El primer ministro aseguró que su Gobierno ya tenía preparado un "plan de contingencia" para lidiar con el nuevo presidente y destacó que si hay que gobernar con un jefe del Estado que intenta bloquear los "buenos cambios", su Ejecutivo ya cuenta con "experiencia".
Sin embargo, frente al mensaje de unidad lanzado por Tusk, Szymon Hołownia, presidente del Parlmamento y líder de Polonia 2050, uno de los partidos que forman parte de la alianza de Gobierno, anunció una reunión con los otros líderes de la coalición.
Antes del mensaje televisado de Tusk había expresado su esperanza de que se "renegocie el acuerdo de coalición y se extraigan conclusiones" en el curso del proceso electoral "lo antes posible", en un contexto en el que muchos analistas han conjeturado con que la elección de Nawrocki podría desencadenar una crisis de Gobierno.
Además, Hołownia calificó la idea de Tusk de solicitar una cuestión de confianza, que ya habían avanzado extraoficialmente algunos medios como la cadena Polsat, como una "mala idea" y un "gesto teatral".
El líder de Polonia 2050 argumentó que el Gobierno ya dispone de mayoría en el Parlamento y que, por el contrario, para demostrar que han comprendido la situación, deberían "buscar una nueva apertura y presentar al pueblo un plan de trabajo".
Por su parte, el líder del PiS, Jarosław Kaczyński, sugirió que Tusk debería dimitir tras recibir una "tarjeta roja" en las elecciones presidenciales y que se debería formar un Gobierno técnico de unidad nacional.