La isla de Alcatraz se ve en la Bahía de San Francisco en San Francisco, California.

La isla de Alcatraz se ve en la Bahía de San Francisco en San Francisco, California. Reuters

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Torturas, castigos psicológicos y tiburones: así es Alcatraz, la cárcel que Trump quiere reabrir para los "presos más violentos"

El presidente de EEUU anuncia su intención de restaurar la icónica cárcel como prisión de máxima seguridad, desatando críticas por los altos costes y la viabilidad del proyecto.

Más información: Trump ordena reabrir la cárcel de máxima seguridad de Alcatraz, cerrada desde 1963

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La silueta de Alcatraz, recortada contra las frías aguas de la bahía de San Francisco, ha fascinado a generaciones. Desde que cerró sus puertas como prisión federal en 1963, la Roca (como se la conocía popularmente) se transformó en uno de los destinos turísticos más visitados de California. Más de 1,5 millones de personas la visitaban al año.

Pero ahora, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quiere devolverle a Alcatraz su función original. Según anunció en su red social Truth, pretende convertirla de nuevo en una cárcel de máxima seguridad para albergar a "los delincuentes más despiadados y violentos" del país.

Por el momento se trata de una declaración, ya que el republicano sólo ha hecho referencia a su intención de encargar al Buró de Prisiones, al Departamento de Justicia, al Departamento de Seguridad Nacional y, curiosamente, al FBI —que no gestiona las prisiones— la evaluación del proyecto.

El presidente ha justificado su idea alegando que Estados Unidos "ya no puede ser rehén de criminales, pandilleros y jueces que no hacen su trabajo". Por ello, sostiene el mandatario, Alcatraz debería volver a ser un "símbolo de ley, orden y justicia".

Miles de millones para la reapertura

La propuesta ha sido recibida con escepticismo y hasta con burla. En declaraciones al New York Times, Scott Wiener, senador demócrata por California, la calificó de "absurda" y parte del "comportamiento cada vez más desquiciado" de Trump. Por su parte, desde la oficina del gobernador Gavin Newsom, su portavoz Izzy Gardon ironizó: "Parece que hoy es otro 'Día de distracción' en Washington, D.C.".

En esta línea, son muchos los que destacan que restaurar Alcatraz costaría miles de millones de dólares en un momento en que la Administración ya planea recortar drásticamente el presupuesto del Departamento de Justicia.

Un pasado temible

Alcatraz, enclavada en una isla rocosa, fue originalmente una fortaleza militar en el siglo XIX y luego una prisión militar. En 1934, se convirtió en prisión federal de máxima seguridad, destinada a los reclusos más conflictivos.

Esta cárcel tenía capacidad para unos 300 presos, pero normalmente albergaba entre 150 y 250 reclusos a la vez, cada uno en una celda individual.

Entre sus muros pasaron figuras legendarias del crimen como Al Capone, George Machine Gun Kelly y Robert Stroud, el famoso Hombre Pájaro. Las condiciones eran durísimas: celdas minúsculas, estrictos códigos de silencio, castigos brutales como el aislamiento en El Agujero y un régimen militar de disciplina férrea.

Durante sus 29 años de funcionamiento, Alcatraz vio 14 intentos de fuga protagonizados por 36 presos. El más famoso fue el de Frank Morris y los hermanos Anglin en 1962, quienes burlaron la vigilancia, escaparon por los conductos de ventilación y desaparecieron en una balsa improvisada.

Durante meses los tres reclusos lograron ampliar un conducto de ventilación que se encontraba debajo de los fregaderos de cada celda y crearon una balsa para la fuga. Tras acceder al conducto superior de ventilación lograron salir al exterior y al mar.

Los vigilantes advirtieron a la mañana siguiente su desaparición, sobre las camas de los tres presos reposaban unas cabezas falsas esculpidas con cera y jabón. La guardia costera que encontró restos de la balsa, un remo y la billetera de uno de los hermanos Anglin, les dio por desaparecidos, y el FBI cerró el caso, según recoge Efe.

Nunca se hallaron sus cuerpos, y el misterio alimenta hasta hoy teorías e historias, incluso películas como La fuga de Alcatraz con Clint Eastwood. Lo cierto es que fugarse era complicado, ya no sólo por el frío del agua del Pacífico, sino también por las fuertes corrientes y por los tiburones que están en la zona.

Entre el mito y la realidad

La prisión cerró en 1963, principalmente por su altísimo costo de mantenimiento y el deterioro provocado por la salinidad del mar. Desde 1973, forma parte del Servicio de Parques Nacionales y se ha consolidado como museo y símbolo de la historia penal estadounidense.

Incluso conserva vestigios del histórico movimiento indígena que ocupó la isla entre 1969 y 1971 en su demanda de tierras federales abandonadas.

La mítica prisión de Alcatraz.

La mítica prisión de Alcatraz.

Frente a la comparación con la actual prisión de máxima seguridad de Florence, Colorado, que nunca ha registrado una fuga, Alcatraz parece hoy más un museo congelado en el tiempo que un bastión viable de seguridad: restaurar su infraestructura requeriría años de trabajo y cuantiosas inversiones federales.

La propuesta de Trump, por consiguiente, parece más un gesto simbólico y político que un plan práctico. Alcatraz, que pasó de ser un infierno carcelario a un imán turístico, vuelve al centro del debate nacional estadounidense como un emblema de los pulsos políticos entre seguridad, nostalgia y espectáculo.