El empresario Luis Suñer junto a su familia en una fotografía publicada por el diario valenciano 'Las provincias' tras su liberación. A la derecha, antiguo cartel con los helados Avidesa.

El empresario Luis Suñer junto a su familia en una fotografía publicada por el diario valenciano 'Las provincias' tras su liberación. A la derecha, antiguo cartel con los helados Avidesa.

Letras

'Operación Apolo': cuando ETA secuestró al "rey de los helados" y usó el dinero para financiar una película

El periodista Sergi Moyano se sirve del testimonio de uno de los raptores del empresario Luis Suñer para reconstruir uno de los apasionantes episodios de nuestra Transición.

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El secuestro del empresario Luis Suñer a manos de ETA sacudió a la opinión pública española en enero de 1981, cuando el país avanzaba trastabillado hacia la democracia. Natural de Alzira (Valencia), era propietario de Avidesa, que se dedicaba a la producción de pollos congelados y a la fabricación de helados.

Operación Apolo

Sergi Moyano Hurtado 

Libros del K.O., 2025
224 páginas. 22,90 €

El producto estrella era el Apolo, un cucurucho de vainilla y chocolate con forma de cohete espacial. Este fue el nombre con el que ETA político-militar bautizó la operación de rapto y retención del empresario. La primera cantidad que solicitaron los polimilis fue 1.500 millones de pesetas, pero era demasiado.

"A un fabricante de helados, no lo secuestres en invierno, que es temporada baja", desliza Sergi Moyano (Carcaixent, 2000) en esta crónica detallada y rigurosa que se afana en describir los pormenores del caso y atiende al contexto político, marcado por las tensiones internas de la banda y el 23-F, que apresuró la disolución de ETA p-m, la rama "menos violenta".

El joven periodista valenciano lo cuenta con sorprendente oficio —y mucho brío—, al tiempo que revela datos inéditos del mediático secuestro, en el que participaron terroristas valencianos. El primer zulo donde escondían al "rey de los helados" se encontraba en un pueblo de la comarca de la Safor; en el segundo, emplazado en Navarra, estuvo meses después el padre de Julio Iglesias.

Además, parte del dinero del secuestro —el que la banda logró salvar de la persecución policial— sirvió para financiar La fuga de Segovia, una película de 1981 dirigida por Imanol Uribe y producida por Ángel Amigo, uno de los polimilis que lograron escapar de prisión.

El testimonio de uno de los raptores, el único que tuvo contacto con Suñer en Valencia, es la piedra angular de esta apasionante investigación, apoyada en el sumario del caso, en los informes policiales y en declaraciones tanto de familiares y gente cercana a la víctima como de exdirigentes de ETA p-m.

Una de sus empleadas domésticas asegura que vio llorar al empresario en tres ocasiones: cuando falleció su mujer, cuando murió Franco y cuando los trabajadores le hicieron una huelga. Moyano lo presenta como un jefe autoritario, más allá del altruismo, tan aireado por la prensa de entonces. Y es que Suñer una vez cada mes, hasta su muerte, estuvo enviando a la cárcel una furgoneta cargada de helados y pollos a sus secuestradores, tal y como les había prometido en pleno cautiverio.