El escritor Javier Cercas presenta su nuevo libro, 'El loco de Dios en el fin del mundo', en el Instituto Cervantes de Madrid. Foto: Fernando Villar / EFE

El escritor Javier Cercas presenta su nuevo libro, 'El loco de Dios en el fin del mundo', en el Instituto Cervantes de Madrid. Foto: Fernando Villar / EFE

Letras

Javier Cercas abre las puertas del Vaticano: "Si yo fuera el papa Francisco, no leería el libro que le he escrito"

El escritor y académico presentó en el Instituto Cervantes 'El loco de Dios en el fin del mundo', una inmersión en las profundidades de la Iglesia católica.

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Cuando a Javier Cercas (Ibahernando, Cáceres, 1962) se le presentó la posibilidad de conversar con el papa Francisco, tenía claro que iba a hacerle "la pregunta que le hubiera hecho un niño: ¿se encontrará mi madre con mi padre cuando ella muera?". Más allá de la resurrección de la carne, cuestión trascendental sobre la que se cimenta el armazón filosófico de su nuevo libro, El loco de Dios en el fin del mundo (Random House), el autor no iba a desaprovechar una oportunidad que se le reveló como una epifanía: adentrarse en las profundidades del catolicismo.

Se encontraba Cercas hace aproximadamente dos años firmando libros en Turín cuando fue abordado por Lorenzo Fazzini, responsable de la editorial del Vaticano. Más que un encargo, le traía una propuesta insólita: viajar con el papa a Mongolia, que cuenta con poco más de 1.500 cristianos entre su población, y escribir un libro. No se publicaría en el sello que alberga las publicaciones de la Santa Sede, sino donde él considerara conveniente. "Me dieron absoluta libertad", aseguró ayer Cercas en la presentación del libro celebrada en el Instituto Cervantes y conducida por el editor Miguel Aguilar.

El loco de Dios... es "un libro muy distinto por su temática" —la religión católica—, relató Cercas, "aunque mentiría si dijese que no lo había pensado". Lo que no hubiera podido imaginar es que el Vaticano le abriera las puertas para hacer una investigación que cristalizara en esta "novela sin ficción" —así la denomina—, a caballo entre la crónica, el ensayo, el libro de viajes y la biografía. A propósito, los apuntes autobiográficos resultan cruciales en la naturaleza del texto, que dialoga con algunas de sus obras más célebres: Soldados de SalaminaEl impostor, El monarca de las sombrasAnatomía de un instante...

¿Qué ocurre hoy en la Iglesia? ¿Cuál es nuestra relación con el catolicismo? Estas son algunas de las cuestiones que Cercas plantea en este libro, donde no elude abordar conflictos internos de la propia institución. Tal es el caso del anticlericalismo —"el papa es profundamente anticlerical", sostiene el autor—, los abusos sexuales en el seno de la Iglesia y el constantinismo, esto es, la confluencia de la religión y el poder político. "El cristianismo debe ser subversivo", opina Cercas, que aludió a la génesis, "la religión de los perdedores".

El cristianismo pierde su sentido cuando se aleja del lado de los que están a la orilla de la sociedad. Por ello, al autor le interesa "la visión misionera" de Jorge Mario Bergoglio, nombre real del papa, que no por casualidad tomó el nombre de Francisco como un homenaje al santo de Asís. "Es imposible no admirar la labor de los misioneros", aseveró Cercas.

"Para creer lo que cree un cristiano hay que estar zumbao"

Con todo, el autor considera que "para creer lo que cree un cristiano hay que estar zumbao". De algún modo, "este libro es un elogio de la locura", dijo Cercas, un ateo que se define en su obra como "un loco sin Dios". "Yo soy un loco reprimido y este es el libro más loco que he escrito", aseguró.

Amén del estimulante proyecto que ha supuesto emprender El loco de Dios, Cercas reconoce que el viaje a Mongolia y la propia investigación, de la que derivaron entrevistas con un íntimo amigo del papa y con "la mujer más poderosa de la Iglesia", de la que no desveló su nombre, sirvieron para que revisara algunos de los prejuicios que albergaba.

Por ejemplo, "el ateísmo supremacista" del que el autor había hecho gala, según contó, "se ha atenuado un poco". Y es que, como escribió Hannah Arendt, "los ateos son necios que creen saber aquello que no se puede saber". Además, no solo San Agustín y Tomás de Aquino fueron profundamente católicos; también Kant, Newton y Einstein manifestaron su adhesión a una religión "absolutamente determinante" en la configuración de las sociedades occidentales.

Desde el punto de vista literario, lo más interesante del papa es su complejidad, vino a decir el autor de El impostor. El primer papa jesuita y latinoamericano tiene, según indican muchas voces cercanas a la institución eclesiástica, un pasado "conflictivo" que corresponde a sus "dotes de mando" presuntamente "autoritarias". Sin embargo, el papa está convencido de que "lo más parecido a la gracia es el sentido del humor" y siempre que puede lo reivindica con ferocidad, aseguró Cercas. "No va a ser fácil que el próximo papa deshaga los cambios profundos que ha hecho Francisco en la Iglesia", vaticinó.

¿Si su libro blanquea o arremete contra la Iglesia católica? "Los escritores no nos dedicamos a juzgar, nos dedicamos a entender. Y esto no es justificar", aclaró Cercas. Y añadió que "la literatura puede ser útil siempre que no lo pretenda; si no, se convierte en pedagogía". No obstante, "si yo fuera el papa, no leería el libro que le he escrito", resolvió.