Daniel Amen, psiquiatra.

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Salud

Daniel Amen, psiquiatra: "Conocer tu cerebro con este test en España puede solucionar tus problemas de memoria"

"Recordar puede ser difícil, pero no tiene por qué serlo", advierte el experto, que destaca la importancia de reconocer los 5 tipos principales de cerebro.

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Los problemas de memoria sitúan a España en el séptimo lugar entre las naciones europeas con mayor prevalencia. Según Eurostat, en 2022, un 19,6% de la población española señaló dificultades moderadas o graves para recordar o concentrarse, una cifra que pone nuevamente sobre la mesa la necesidad de comprender mejor cómo funciona el cerebro y qué estrategias pueden ayudar para mejorar la memoria o recordar. Una de las propuestas más innovadoras en este campo viene de la mano del psiquiatra estadounidense Daniel Amen, quien ha planteado un enfoque personalizado basado en los cinco tipos principales de cerebro.

"Recordar puede ser difícil, pero no tiene por qué serlo. No hay un solo camino para los problemas de memoria, hay cinco", afirma el doctor Amen. Su método parte de la idea de que no todos los cerebros operan igual y, por tanto, tampoco responden igual a los mismos tratamientos o estrategias de mejora cognitiva.

El primer paso, según el experto, es identificar a cuál de estos perfiles pertenece cada persona. "Conocer tu tipo de cerebro puede ser particularmente útil. Si tienes un tipo 1 de cerebro equilibrado y estás luchando con tu memoria, probablemente tengas malos hábitos", explica. En estos casos, mejorar el sueño, la alimentación o reducir el estrés puede tener un impacto directo en el rendimiento cognitivo.

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Otros perfiles requieren enfoques más específicos. "Si tienes el tipo 2, con un cerebro espontáneo, generalmente es tu memoria a corto plazo porque tus lóbulos frontales están somnolientos y hacer cosas para optimizarlos puede ser genial", señala Amen. Esto implica, por ejemplo, realizar ejercicios de estimulación frontal o actividades que promuevan la atención plena.

En el caso de los cerebros persistentes tipo 3, el problema es el exceso de actividad. "Tus lóbulos frontales en realidad están trabajando demasiado. Calmarlos puede mejorar tu memoria", apunta el psiquiatra. Para estos casos, técnicas de relajación, meditación o incluso ciertos suplementos pueden marcar la diferencia.

También están los perfiles sensibles (tipo 4) y cautelosos (tipo 5), que también interfieren con la memoria. "Si tienes el tipo de cerebro sensible, tu cerebro emocional está agitado y comúnmente causa problemas de memoria. Calmar eso puede ayudarte mucho o si tienes el tipo 5 de cerebro cauteloso, tu cerebro siempre está distraído y calmarlo ayudará a tu memoria", concluye. En ambos casos, aprender a gestionar las emociones y reducir la sobrecarga mental es fundamental.

A partir de esta tipología, Amen ha desarrollado test específicos para ayudar a las personas a identificar su tipo de cerebro y así aplicar intervenciones más efectivas.

Los 5 tipos de cerebro

Teniendo en cuenta el enfoque personalizado de Daniel Amen, estos son los cinco tipos principales de cerebro que pueden encontrarse y las mejores maneras de identificarlos y afrontar en ellos los problemas de memoria.

Una herramienta que, según el especialista, puede suponer una revolución en la prevención y el tratamiento de los problemas de memoria.

  1. Cerebro equilibrado. Las personas con este tipo de cerebro suelen destacar por tener un buen equilibrio emocional y mental, pero su rendimiento puede verse afectado por rutinas poco saludables como el insomnio, el sedentarismo o el exceso de tecnología. Malos hábitos que, según Daniel Amen, pueden modificarse ayudando a mejorar así la memoria.
  2. Cerebro espontáneo. Este perfil se asocia a personas creativas, impulsivas y con mucha energía. Suelen tener dificultades para centrarse o seguir rutinas, lo que afecta a la memoria a corto plazo. Activar los lóbulos frontales mediante tareas estimulantes puede resultar especialmente útil.
  3. Cerebro persistente. Son personas perfeccionistas y meticulosas, que tienden a sobrepensar. Este exceso de actividad en los lóbulos frontales puede saturar la mente e interferir en la consolidación de recuerdos. En este caso, las técnicas de relajación, los suplementos y los hábitos más flexibles pueden ayudar.
  4. Cerebro sensible. Muy empáticas y emocionales, las personas con este tipo de cerebro viven con intensidad cada situación, lo que genera un nivel elevado de estrés que puede afectar la memoria. La gestión emocional y la calma mental son claves para este perfil.
  5. Cerebro cauteloso. Individuos propensos a la preocupación, la anticipación del riesgo y la hipervigilancia. Esta alerta constante dificulta fijar la atención y recordar con claridad. Encontrar estrategias que reduzcan la ansiedad y el ruido mental resulta esencial.

Entender estas diferencias permite no solo detectar con mayor precisión qué factores afectan la memoria, sino también diseñar soluciones más efectivas y personalizadas. Como defiende el propio Amen, conocer el tipo de cerebro es el primer paso para intervenir con éxito.