Una botella de vino costaría 5,60 euros si se establece un precio mínimo por unidad de alcohol.

Una botella de vino costaría 5,60 euros si se establece un precio mínimo por unidad de alcohol. David Fernández EFE

Salud

Los expertos piden imponer un precio mínimo al alcohol en España: "Evitaría casi 8.000 casos de cáncer de hígado"

En algunos países de Europa ya se ha establecido un precio mínimo por unidad de alcohol, una medida que se ha demostrado "efectiva" según varios estudios.

Más información: Esto es lo que le ocurre a tu hígado si no pruebas ni una gota de alcohol durante tres semanas

Publicada

El consumo de alcohol en España se ha mantenido estable en las últimas décadas. Aun así, es el segundo país de la UE que consume con más frecuencia esta sustancia, a la que se atribuyen cerca de 14.000 fallecimientos cada año. Una de las razones por las que nuestro país se sitúa a la cabeza es el precio. Según los últimos datos de la Oficina Europea de Estadística (Eurostat), en España se vende el alcohol más barato de toda la zona euro.

La relación entre un precio más elevado y un menor consumo ya ha quedado demostrado en algunos países de Europa. En Escocia, por ejemplo, se implantó un precio mínimo de 0,50 euros por unidad de alcohol y su consumo cayó hasta su nivel más bajo en 25 años. Y en Gales, donde se introdujo la misma medida apenas dos años después, también se ha observado una reducción en la compra de alcohol, sobre todo entre aquellos que presentaban un patrón de consumo de alto riesgo.

Un precio más caro no sólo reduce su consumo, sino que también podría tener un gran impacto en la salud de la población. El alcohol es la causa más importante de enfermedad hepática grave y de cáncer de hígado. "En las salas de hospitalización en España la mayoría de enfermos son debido al alcohol", asegura a EL ESPAÑOL Ramón Bataller, director del Registro de Enfermedad Hepática por Alcohol de la Asociación Española para el Estudio del Hígado (REHALC-AEEH) y jefe de Hepatología del Hospital Clínic de Barcelona.

Para reducir la incidencia de estas patologías, una de las pocas medidas que se ha demostrado efectiva ha sido precisamente la de actuar contra el precio del alcohol. La Asociación Europea para el Estudio del Hígado (EASL, por sus siglas en inglés) ha presentado un estudio, que forma parte del proyecto HEPAHEALTH II, en el que concluye que estableciendo un precio mínimo de 0,70 euros por unidad de alcohol tendría un efecto directo y significativo en la reducción de enfermedades hepáticas en Europa.

Más caro, menos enfermedad

El trabajo, en el que se han analizado los datos de tres países (Francia, Países Bajos y Rumanía), estima que hasta 2030 se evitarían más de 11.500 casos de enfermedad hepática crónica y 7.900 de cáncer de hígado. Anteriores estudios, como éste realizado en Canadá, también han demostrado que un precio mínimo podría servir además para reducir el número de muertes y hospitalizaciones.

En España, una unidad de alcohol equivale aproximadamente a 10 gramos de alcohol puro. Para que se haga una idea, es como un vaso de vino de 100 mililitros y 13 grados o una caña de cerveza de 200 mililitros y 5 grados. Esto significa que, con el mínimo establecido en el citado estudio, una botella de vino de 750 mililitros podría tener un precio mínimo de 5,60 euros. Los productos alcohólicos más baratos tendrían una subida del 40% al 130%.

El implantar un precio mínimo por unidad de alcohol tendría un impacto importante tanto en el consumo como en la salud hepática: "Cualquier medida que haga que menos personas beban excesivamente podría bajar la mortalidad asociada a enfermedades hepáticas que se relacionan con el alcohol", apunta Bataller. En España, se estima que un 6% de la población padece trastorno por consumo de alcohol, siendo más frecuente en hombres y en jóvenes. Además, se trata de la causa más frecuente entre quienes desarrollan una enfermedad hepática crónica como la cirrosis hepática.

Estas políticas fiscales serían "eficaces porque afectan sobre todo a quienes más consumen", que son los que mayor riesgo presentan. Según la última edición de la Encuesta sobre alcohol y otras drogas en España (EDADES), al menos un 10,5% de la población de entre 15 y 64 años afirma consumir alcohol de manera diaria. En el caso del consumo en atracón (conocido en inglés como binge drinking), no se ha observado una reducción en los últimos 20 años, con una prevalencia en los últimos 30 días del 16% en 2024.

Un impuesto "con propósito"

Desde la EASL reconocen que una medida de este tipo "suele contar con la oposición por parte de la industria del alcohol". A nivel europeo, como recuerda Bataller, ya se rechazó "por el lobby de las compañías de vinos del sur de Europa" que en este producto se incluyera un etiquetado en el que se advertía sobre el riesgo de cáncer que provoca la excesiva ingesta de alcohol. Y es que, más allá del de hígado, esta sustancia se relaciona con hasta seis cánceres más.

En la recién anunciada ley de prevención del consumo de alcohol en menores no se han tratado estas cuestiones porque se trata de "un tema bastante intocable por ley en España". En el plan antitabaco, aprobado por Sanidad el pasado año, tampoco se incluye la subida de precio de los cigarrillos, pese a que se había contemplado en un principio. En este caso, países como Suecia ya han demostrado que controlando el precio, el consumo de tabaco cae, y también lo hacen los casos de cáncer de pulmón.

Para el director del REHALC-AEEH, las medidas públicas para disminuir que la población beba de manera excesiva no sólo pasa por una mayor educación ya que "hay veces en las que no resulta efectiva", sino por no vender a menores: "En este país se da de beber a los menores con bastante impunidad. Hay mucho menor que bebe y nadie le pide el carnet", denuncia. Cree que también habría que regular la publicidad, evitando "anuncios que asocian el alcohol al éxito social y no advierten de los riesgos para la salud".

Aunque no prohibiría el alcohol (incidiendo en que se tome con moderación), sí que sería partidario de agravar el alcohol barato, siempre y cuando tuviera un propósito: "Que los impuestos no se destinaran, por ejemplo, a Defensa, sino que fueran a parar a paliar los efectos negativos del alcohol, bien sea con más investigación o con un mayor número de campañas educativas".