
Salida de la Ruta de El Cid del Motoclub Silver Reader
La historia del único motoclub de lectores de libros de España y una increíble ruta de 1.200 kilómetros
60 moteros y amigos han completado, por segundo año, el Camino del Cid en su afan por juntar el mundo de las dos ruedas con el de la literatura.
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El Silver Reader MotoClub no es un motoclub al uso. Su nombre lo sugiere. Es el único motoclub de lectores de libros de España.
La afición por los viajes en moto, con un poso cultural, y por conocer más acerca del patrimonio, de la historia y de los personajes que la han forjado es lo que une a sus miembros para desterrar muchos de los estereotipos creados en torno a las dos ruedas.
Se fundó en octubre de 2021 y está presidido por el viajero y escritor español Miquel Silvestre contando, en la actualidad con un total de 365 socios que están distribuidos en 28 delegaciones que abarcan 50 provincias españolas.
También podemos encontrarlos en Portugal, Estados Unidos, Noruega, Rumanía, Alemania, México, Costa Rica o Italia.
Entre el 29 y el 31 de mayo, por segundo año consecutivo, más de 60 miembros del único motoclub de lectores de libros de España, ha revivido las legendarias aventuras del Cid, atravesando las provincias de Burgos, Soria, Guadalajara, Zaragoza, Teruel y Castellón.
Más de 1.200 kilómetros con un objetivo doble por parte de la agrupación por el Camino del Cid, por un lado, dar relevancia a los versos del Cantar de mío Cid, el gran poema épico medieval hispánico y uno de los grandes cantares de gesta europeos.
Por otro, recorrer el camino de estos versos que conducen al viajero por territorios poco poblados de gran riqueza y diversidad, alejados de grandes vías de comunicación, tranquilas que le hicieron merecedor, el pasado año del Premio Mototurismo 2024 a la mejor Ruta Nacional.

Los moteros en ruta
EL ESPAÑOL de Castilla y León habla con Miquel Silvestre, el presidente del motoclub, que nos explica todos los detalles y secretos de la aventura.
El sueño de Miquel
“Soy más o menos lo que de niño siempre quise ser. Un escritor que viaja en moto para escribir escribe para emocionarse y monta en moto porque es el mejor balcón a la realidad que conoce”, explica nuestro entrevistado.
Nació en Denia (Alicante) tiene 56 años y, como apasionado del arte y de la historia que es visita frecuentemente la ciudad castellana y leonesa de Burgos. La última vez este 28 de mayo con motivo del arranque de la II Ruta Camino del Cid del Silver Reader Motoclub.
Vivió una infancia feliz y llena de lecturas y viajes influenciada por su madre, que contaba con una librería y por las motos, por su padre.
“Siempre he respirado motos porque mi padre ya las tenía. Empecé a viajar en moto para poder escribir. Empecé a viajar en moto para poder escribir. Me fui a Italia, a la Toscana, tras pedir un año sabático en mi trabajo persiguiendo mi sueño de escribir y hacer de ello mi opción de vida”, nos cuenta.
Allí, y en viajes posteriores, se dio cuenta de que, en vez de buscar la inspiración para construir los personajes de sus novelas, lo que le ocurría era “el hecho de ser un personaje en toda regla”.

Miquel con su moto
El motoclub
El Silver Reader Motoclub se crea el 2 de octubre de 2021 en Jadraque (Guadalajara) aunque se gestó en la primera ruta de lectores que fue organizada en La Bañeza (León) en agosto de ese mismo año. En un principio lo formaban 150 personas y ahora son cerca de 400.
“Somos un motoclub. Compartimos el gusto por las motos, pero hay más. También compartimos esa afición por la historia y los personajes que la han forjado y que, frecuentemente están olvidados. Es una actitud de permanente interés, inquietud, estudio y aprendizaje”, señala nuestro protagonista.
Para él, como escritor y divulgador audiovisual que viaja en moto, este es un vehículo para entender el mundo de una forma tan particular como la que ha exhibido durante 13 temporadas en Diario de un Nómada que se ha podido ver en Televisión Española.
Ahora muestra sus últimos viajes de una forma más personal. Esto le permite un estrecho contacto con sus seguidores con los que ha construido una auténtica comunidad de personas con inquietudes comunes.
Disfruta mucho, viajando y conociendo por él mismo la historia, conocer lo que ocurrió en cada lugar para posteriormente contarlo.
“No paramos de hacer actividades. Durante todos estos años hemos hecho más de 200 diferentes, siempre con la moto como poso cultural y nexo común. Además de las rutas, hacemos conferencias, visitas culturales y conmemoramos diferentes aniversarios”, apunta nuestro protagonista.
La Ruta de El Cid
Del 29 al 31 de mayo, por segundo año consecutivo el Silver Reader MotoClub, el único motoclub de lectores de libros de España, ha recorrido el camino que hiciera El Cid en su destierro.

Imagen de un grupo de moteros del Motoclub
Han atravesado las provincias de Burgos, Soria, Guadalajara, Zaragoza, Teruel y Castellón a lo largo de 1.200 kilómetros en tres etapas. Han partido de Vivar del Cid en Burgos hasta Sigüenza, después de Sigüenza a Teruel y de Teruel a Chilches.
“Este viaje tiene significado cultural en primer lugar, pero también histórico y evidentemente turístico, porque muchos de los participantes volverán con sus familias a enclaves a los que si no fuera por esta iniciativa no hubieran acudido”, explica Miquel.
No hay que olvidar que hay personas que han llegado de toda España con el fin de completar este recorrido y que, como es el caso, cuando alguien se pide una semana de vacaciones para completar el trayecto es porque merece la pena.
“Lo hacemos porque después de llevar toda la vida oyendo hablar del Cid y de su camino pensábamos que era mucho mejor venir a recorrerlo y a conocer sus principales puntos de interés. Aunque harían falta muchas rutas para conocer siquiera una pequeña parte de todo este legado, de toda esta tradición”, apunta.
Han vivido una “comunión de experiencias y vivencias” compartidas en la España que no siempre sale en las noticias pero que tiene una huella histórica como muy pocos territorios de Europa y un patrimonio cultural y natural fuera de lo común.
“En estas rutas obtenemos un enorme retorno en forma de cariño de la gente de los sitios por los que pasamos, porque no se trata de recorrer el camino, sino de que este y sus gentes te recorran a ti”, añade.
La idea es repetir el año que viene y el objetivo y deseo que persiguen, tanto Miquel como este motoclub único, pasa por “ser mejores cada día” y “seguir emocionándose con las cosas pequeñas”.
Y es que, a veces, esas cosas pequeñas son las más grandes.