Concentración contra la siniestralidad laboral

Concentración contra la siniestralidad laboral E. E.

Economía

La siniestralidad laboral deja una factura de 1.500 millones cada año: horas perdidas, prestaciones y daño moral

El último informe del Consejo Económico y Social de Aragón sitúa al exceso de contratas como una de las claves de la siniestralidad laboral.

Más información: El exceso de contratas, clave para la siniestralidad laboral: “Hay personas de muchas empresas en el mismo lugar”

Zaragoza
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Hasta 1.520 millones de euros. Es el coste que tiene para la economía aragonesa el repunte de la siniestralidad laboral, sin tener en cuenta todo el precio humano que suponen posibles secuelas físicas y psíquicas derivadas de un accidente o enfermedad profesional.

Así lo refleja el último informe que ha realizado el Consejo Económico y Social de Aragón (CESA) sobre el grave repunte de la siniestralidad en el trabajo, aludiendo como una de las claves al exceso de externalizaciones en las empresas, lo que dificulta el control de los mecanismos de prevención. “Hay muchas personas de muchas empresas en el mismo lugar de trabajo”, ha expuesto su presidente, Juan García Blasco.

Entre esos 1.520 millones se incluyen varios conceptos. En primer lugar, se valoran los costes asociados a las jornadas perdidas en 93 millones de euros, que habrían crecido un 27% en apenas tres años, junto a otros 96 por las pensiones que se abonan por incapacidad o invalidez.

Posteriormente, desde el CESA se cifra en 188 millones de euros las prestaciones económicas por contingencias profesionales abonadas por las mutuas. También se elevan a 370 millones las cotizaciones que por accidentes de trabajo y enfermedades profesionales han de realizar las empresas a las mutuas o a la Seguridad Social, como una primera aproximación a los gastos mínimos que las empresas han de realizar para financiar los costes producidos por siniestros laborales.

Todo ello, junto a otros recargos e infracciones, hace una suma que ronda los 760 millones de euros de coste directo que tiene la siniestralidad laboral en la economía. A esta cifra se añade una cantidad similar de coste indirecto, lo que lo eleva a esos 1.520 millones de impacto en la Comunidad, en su valoración mínima.

Esta estimación, no obstante, presenta algunas limitaciones, como reconocen en el propio informe del CESA. No se ha tenido en cuenta que las prestaciones que cobre un trabajador de baja son inferiores a los salarios que hubiera cobrado sin el accidente, así como los pagos de la seguridad social a la persona siniestrada, las cotizaciones superiores si el trabajador es sustituido por horas extras de compañeros, el tiempo que no se ha operado durante el día del siniestro o las pérdidas asociadas a quienes socorren, ayudan o trasladan a la persona accidentada.

Asimismo, el informe añade otros costes “difíciles de cuantificar” como los daños morales, la pérdida de capacidad del trabajador accidentado o, quizá el más importante, las secuelas físicas y psíquicas, tanto suyas como de sus familiares o amigos. Ello, si se cuantificara según algunas fuentes y autores, podría incluso duplicar la cifra inicial de 1.520 millones.