Una de las calles con las coloridas fachadas del barrio del Cabañal este mayo.

Una de las calles con las coloridas fachadas del barrio del Cabañal este mayo. M. H.

Turismo

El precioso y colorido barrio a dos horas de Alicante: la mejor comida y un festival de teatro íntimo

Los brillantes azulejos en las fachadas de sus pequeñas casas lo convierten en uno de los rincones con más encanto para disfrutar de una escapada.

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Miquel Hernandis
Alicante
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¿Casas con fachadas de colores, brillantes azulejos y un barrio de pescadores? No hay que irse hasta la popular Oporto para encontrar uno de los barrios con más encanto de España. A dos horas de la ciudad de Alicante se encuentra El Cabanyal, una de las áreas más preciosas de Valencia. Y para que descubrirlo sea aún mejor, este fin de semana celebran un festival de teatro íntimo.

El peculiar nombre que agrupa a estas calles, pegadas a la playa, lo toma literalmente de las cabañas en las que se vivía en la zona hasta que a finales del siglo XVIII un devastador incendio obligó a seguir las reglas del urbanismo tradicional. Eso fue dando con el tiempo a un atractivo trazado de calles y callejuelas donde en la actualidad existen pequeños comercios, bares y restaurantes.

De entre los muchos que están orgullosos de ofrecer sus comidas allí está La Sastrería. Un local abierto en 2020 y que ahora incluso organiza puntualmente actividades como talleres de coctelería que incluyen una excursión por el barrio con guías autorizados para difundir el valor que tiene este entorno. Y el propio local ya demuestra esa apuesta, esta era la sastrería a la que iban los pescadores para que les arreglaran o confeccionaran los trajes para la faena.

En la actualidad lo que confeccionan son platos que preparan tanto para la parte de bar que tienen como para la de restaurante. La decoración juega por un lado con los brillantes azulejos que mantienen las fachadas más antiguas, para soportar mejor la exposición al aire del mar, y por otro a reproducir en brillante cerámica las antiguas redes de pesca.

La explosión de bares y restaurantes que hay actualmente en la zona refleja también el interés por redescubrir un barrio que durante décadas estuvo degradado pese a su privilegiada situación en la ciudad. Pero esa es la visión actual porque antes el crecimiento de Valencia se había producido a espaldas del litoral y cuando la alcaldesa Rita Barberá quiso resolverlo en los años 90 con la ampliación de una avenida se encontró con la oposición vecinal que, finalmente, paralizó la propuesta.

Pasear ahora por sus calles con amplias aceras en una soleada mañana de mayo supone encontrarse con pequeños comercios y vecinos que se acercan a ellos o al Mercado del Cabanyal, principalmente dedicado a frutas, verduras y pescados. El barrio, como destacan desde La Sastrería, era tan autónomo en su día a día hace medio siglo que los vecinos decían 'me voy a Valencia' cuando se desplazaban al centro.

El festival de teatro

El cambio social vivido en este siglo y, especialmente, desde la pandemia lo refleja un festival de teatro que celebra este año su décimo tercera edición, Cabanyal íntim. Y el cartel del artista local Escif ya es explícito al denunciar la especulación, un mal que aqueja a los grandes destinos turísticos.

Lo más atractivo de su propuesta, iniciada este jueves y que termina este domingo, es que son obras de muy pequeño formato y que se pueden representar en espacios cotidianos, como En vitrina lo hará en los escaparates de tiendas como Novedades Nebot y Fémina Corsetería. Otros, como Ma casa, se estrenan en un edificio al lado de la mencionada La Sastrería.

Salir de la brillante Valencia que presume de la blanca Ciutat de les Arts i les Ciències, que ha sido hasta escenario de series para el universo Star Wars, supone cambiar de marcha, reducir velocidad y disfrutar de un paseo, como recalcan estos restauradores. Su propósito, con ya cinco locales como Grupo Gastroadictos, es instalarse en barrios tradicionales y adaptar una oferta que reivindica el almuerzo.

El ejemplo máximo de esa filosofía es que el bocadillo es el rey de una carta como la del Bar Cremaet, en la vecina avenida del puerto. En él tienen el ganador de unos premios gastronómicos, Cacau d'or, para L'Éntrecot, todo un plato servido en una barra de pan y otros clásicos de la provincia reversionados, como el Brascabra y el Top Musafes 3.0.

Tres bocadillos icónicos en la cultura del almuerzo en Valencia que preparan en el Cremaet.

Tres bocadillos icónicos en la cultura del almuerzo en Valencia que preparan en el Cremaet. M. H.